Secretos de abuelos y nietos
La película es formalmente correcta, con un Billy Crystal un poco deslucido en su papel del abuelo Artie y una Bette Midler (Diane), que divierte con su simpatía. Están mejor Marisa Tomei (Alice) y los chicos.
Artie Decker (Billy Crystal) comienza a sentir el peso de los años. En realidad le están haciendo sentir esa sensación. Luego de haber dedicado los mejores años de su vida al béisbol como comentarista deportivo, la empresa decide remozarse y no lo incluye en su grilla. Pero, afortunadamente, Artie tiene una mujer "de fierro", la simpática, Diane (Bette Midler). Ella es de las que apuntalan el hogar para siempre y que lo alienta para no entristecerse.
Justamente, en ese momento, Alice Simmons (Marisa Tomei), la hija casada del matrimonio, que vive en otro Estado, requiere la presencia de ambos para ocuparse de sus tres nietos de distintas edades, por un viaje de trabajo que ella y Phil Simmons (Tom Everett Scott), su marido deben hacer. Así que allá van Artie y Diane, ocultando el reciente despido de él.
REALIDAD CAMBIANTE
"S.O.S: Familia en apuros" es una comedia familiar que, con una mirada liviana, habla de las diferencias generacionales entre abuelos, hijos y nietos. Es que los cambios son cada vez más rápidos y hasta los papeles varían. Los nietos saben que hay que reírse con los incomprensibles chistes de los abuelos, según consejos de Alice (Marisa Tomei), su madre. Así que aunque los consideren insípidos, las carcajadas se suceden.
Tampoco son chicos que amen los dulces. Porque casi no los conocen, ya que la madre es muy cuidadosa en las campañas contra el azúcar y para qué hablar de la carne, o contar cuentos antes de dormir. Tampoco los abuelos pueden comprender por qué la mayor, Harper (Bailee Madison), estudia violín, cuando es un instrumento que no le gusta; o Turner (Joshua Rush) no se defiende de los chicos que lo atacan en la escuela. Así de una manera y otra, nietos y abuelos terminan por conocerse más, al menos en cuestiones relacionadas con los hábitos familiares.
La película es formalmente correcta, con un Billy Crystal un poco deslucido en su papel del abuelo Artie y una Bette Midler (Diane), que divierte con su simpatía. Están mejor Marisa Tomei (Alice) y los chicos: Bailee Madison (Harper), Joshua Rush (Turner) y Kyle Harrison Breitkopf (Barker). A pesar de todo, es un filme cuyos personajes transmiten simpatía.