Pequeña reivindicación de un género olvidado
Tuve que juntar coraje para escribir esta crítica. Antes de verla leí una serie de reseñas a este filme, casi todas negativas y en algunos casos -como el del colega y amigo Rodolfo que escribe aquí mismo- se refieren a él como “una apología de la estupidez”, entre otros agravios. Y debo confesar que acudí a esta proyección escéptico, esperando algo tonto y carente de gracia. Mi primera sorpresa fue encontrarme con una película que no era tan mala como esperaba. Cuando llegó el final, entre emocionado y conforme, me asustó la idea de tener que ser sincero y contarle a todo el mundo por qué este filme me había parecido más que bueno...