Hace rato que la comicidad de Billy Crystal se ha diluido. Al menos desde una década atrás, después de Analyze Me, que no pega en la taquilla y en Parental Guidance hace un esfuerzo más que sobrehumano para volver a las grandes ligas, pero los intentos caen en vano con una película cuyo formato televisivo y previsible arruina toda intención de provocar divertimento.
Esta cuenta entonces la historia de una familia americana promedio, con padres terriblemente atareados en sus trabajos y tres preciosos y cuidados hijos que crecen bajo un estricto régimen de crianza y enseñanza muy new age. Problemas van, problemas vienen, los abuelos maternos tienen que encargarse de cuidar a unos nietos que apenas si ven, ya que sus métodos caseros y anticuados de tratar a su propia sangre no encajan y avergüenzan a su hija. De más está decir que todos los estándares de la familia se verán puestos a prueba (de las maneras más previsibles y socarronas posibles) no dejando lugar a la imaginación y a la sorpresa.
La historia pergeñada por Lisa Addario y Joe Syracuse atrasa unos cuantos años, cuando Home Alone era un hit familiar rotundo y los chistes escatológicos estaban en boga. Dentro de los parámetros de su propia filmografía, el director Andy Fickman (The Game Plan, You Again) no arriesga y juega sobre seguro, tocando todas las notas de la comedia familiar sin salirse de su zona de confort.
La otrora grandeza de Crystal todavía tiene sus destellos de genialidad, pero en un envase que le queda un poco grande a la rutilante brillantez que alguna vez supo hacer destacar. Los momentos compartidos con una cálida Marisa Tomei son escasos pero creíbles, con una química notable, así como también la siempre cómica y sagaz Bette Midler, que se despacha con algún que otro numerito musical para el recuerdo. Los chicos se comportan como chicos, en especial los más pequeños, además de notar un crecimiento tangente en Bailee Madison.
Los últimos momentos de Parental Guidance tienen un genuino gusto al drama familiar, y se sienten reales y emocionantes, pero no basta un elenco dócil y ciertos brillos de comedia para levantar a una propuesta de poco vuelo.