Para el éxito de este documental resulta vital la acertada decisión de Juan Baldana de no ejercer ningún tipo de intervención sobre el material registrado.
Durante unas vacaciones el realizador Juan Baldana conoció a la tribu huaorani, que habita la amazonia ecuatoriana. Así nació Soy Huao, un fluido documental de observación que expone la vida cotidiana de una familia de nativos.
A primera vista se nota que los huaorani son un pueblo con una creciente relación con la sociedad hispanoparlante del Ecuador. Si bien al momento de comunicarse entre ellos mantienen su dialecto, el Huao Terero, no son pocas las costumbres que perdieron y eso se nota ya desde la vestimenta (pantalones de jean, remeras y zapatillas).
Si bien en un primer momento Soy Huao muestra como se organizan y relacionan los huaorani como sociedad y la armónica relación que tienen con la tierra, más adelante profundizará en los aspectos más negativos de las tribus “contactadas”, veremos a la familia protagonista en la iglesia y en la escuela. Así como la penetración de la televisión en la selva ecuatoriana.
Aunque no se mencione en la película vale contar que la relación entre la sociedad occidental y los huaorani está marcada por las protestas, y algunas claudicaciones, contra las corporaciones petrolíferas que intervienen en el territorio donde habitan. Distinta es la suerte de los “no contactados” (los que no tienen relación con la “civilización”) como los Taromenani, una tribu hermana de estos huaorani, que pese a su instinto de preservación y su violencia para con el foráneo, mueren día a día exterminados por los pueblos vecinos y los madereros.
Para el éxito de este documental resulta vital la acertada decisión de Juan Baldana de no ejercer ningún tipo de intervención sobre el material registrado, más allá de elegirlo, ordenarlo y editarlo.