Ringo Bonavena, mito y leyenda
La reconstrucción del mito y el misterio de Oscar "Ringo" Bonavena mayormente desde entrevistas y material de archivo es la propuesta de este documental que ofrece indudable eficacia en su planteo convencional. Entrevistados que se alternan, fotos de época, algunas ilustraciones, fragmentos de peleas, anécdotas, su decadencia, su muerte. Sí, también están narrados los combates con Alí, Patterson y Frazier. Soy Ringo empieza justamente con Alí, tal vez en una apuesta por la idea del carisma, por orientar la mirada, por el reflejo, por el espejo, por la construcción de Bonavena como personaje rutilante. Su búsqueda de fama, sus ideas de autopromoción, sus bravuconadas rimbombantes, su inefable incursión musical y su participación en el programa de Pepe Biondi delinean la zona de mayor relieve del documental: el boxeador que quiso ser grande y también una estrella, un ser flamígero y astuto que entendía con gran velocidad las reacciones de los medios y estaba convencido de hacer ruido y sabía cómo hacerlo. En esos momentos, la película se enciende especialmente, más que en las extensos, detallados y musicalizados relatos e hipótesis sobre los últimos días del boxeador y su muerte violenta. Puesto de forma más directa, la ópera prima de José Luis Nacci es mejor y más cinematográfica como perfil de un personaje notable que como investigación y rompecabezas policial. El propio título Soy Ringo llama la atención sobre el retrato, la zona más fuerte y fascinante del film.