UNA DEUDA CON EL CINE
El cine argentino ha sabido dar, a lo largo de su historia, todo tipo de comedias. De hecho la comedia es uno de los géneros que mejor trabajo nuestro cine en su Edad de oro. Con altibajos, ha logrado ese género llegar a la actualidad con algunos buenos resultados. Pero también, seamos estrictos, Argentina puede decir que no tiene nada que envidiarle a nadie a la hora de hacer algunas de las peores comedias del mundo. Sí, todos los países las tienen, claro, pero uno imagina que una cinematografía con un mercado tan pequeño como el nuestro no se arriesgaría a poner su energía en hacer películas de un nivel tan bajo. Soy tu karma es sorprendentemente fallida, de punta a punta, sin un solo instante que funciono o un mínimo chiste que caiga en tiempo y forma. Es un género particularmente molesto la comedia cuando nada sale bien. Acá el protagonista es Dario, que despierta con una desconocida en su cama y no se le ocurre que pudo haber pasado. Pronto se sabrá que Dario es una de las vidas previas de ella y que si no corrige su karma la pobre joven no podrá lograr ser feliz en su existencia que comenzará años más tarde. Sí, la comedia fantástica está permitida, claro, de hecho es un género muy bueno que incluso en Argentina ha dado algunas películas memorables o directamente obras maestras como Cita en las estrellas o El retrato, ambas del genial Carlos Schlieper. Nada sería más placentero que ver una comedia con aciertos, nada es más feliz que una gran comedia, lo digo como alguien que ama al género. Por eso también me pregunto cómo pudo suceder esta película, como actores que han sabido hacer buenos papeles quedaron atrapados en este guión y como llegó todo esto a convertirse en un estreno.