La fiesta continúa
LeBron James, en lugar de Michael Jordan, juega con Bugs Bunny y -casi- todas las estrellas de los Looney Tunes.
Hace siete años que se anunció que LeBron James iba a protagonizar la secuela de Space Jam. El basquetbolista ya era una figura mítica, tenía millones de fans en todo el mundo, y la pregunta era si tenía el mismo carisma de Michael Jordan.
Es que Space Jam, hace 25 años, fue una fiesta. Chicos y grandes disfrutamos de la simbiosis de personajes en vivo y dibujos animados, al estilo de ¿Quién engañó a Roger Rabbit? (1988).
Space Jam 2: Una nueva era viene con todos los avances tecnológicos, por un lado, y con todo el embalaje de las redes sociales y los videogames a cuestas.
Bugs Bunny tiene un nuevo compañero de equipo: LeBron James. Foto WB
Bugs Bunny tiene un nuevo compañero de equipo: LeBron James. Foto WB
En la trama, el alero, hoy, en Los Angeles Lakers, tiene tres hijos (igual que en su vida real). El del medio, Dom (Cedric Joe), es un apasionado de los videojuegos, y está creando uno propio… sobre básquetbol. Su padre le insiste en que practique y practique el juego de verdad, y el chico siente que papá James no lo apoya.
Justo, pero justo cuando llaman a LeBron a una reunión en la Warner Brothers, para ofrecerle ser protagonista de una serie de proyectos en los que combatirá con, por ejemplo, Batman. A él no le cierra lo que le ofrecen, y ahí entra en juego el ego de Al G. Ritmo (Don Cheadle), precisamente el algoritmo que ingenió esas ideas, y que está en el subsuelo, en las computadoras de la Warner.
El Pato Lucas le da instrucciones al alero de Los Angeles Lakers... Foto WB
El Pato Lucas le da instrucciones al alero de Los Angeles Lakers... Foto WB
Hasta allí llegan LeBron y Dom, y, sin más vueltas: quedan atrapados en una suerte de realidad virtual, creada por Al G. Ritmo, y la estrella deberá jugar un partido de básquet y ganarle al team que presentará Al G, si quiere recuperar a su hijo.
Tampoco hay que ponerse dramáticos, porque no es que Dom esté siendo torturado. Peor la estará pasando LeBron, cuando deba reunir a su equipo entre los Looney Tunes, con -por supuesto- Bugs Bunny a la cabeza.
El Tune Squad, a pleno. Sin Pepe Le Pew... Foto WB
El Tune Squad, a pleno. Sin Pepe Le Pew... Foto WB
No puede hablarse de chivos dentro de una película de un estudio major en la que personajes de otros filmes, o series aparezcan en distintos “planetas” del multiverso. Y se logra un crossover, en el que Robin, el payaso de It, Gatúbela, Pedro Picapiedras o algún malvado de Game of Thrones hinchen por un equipo o por otro.
El humor es el alocado de los dibujitos de la Warner Bros., y en el plantel de los Tune Squad no falta casi nadie (Pepe Le Pew, que estaba en la original, ausente con aviso). El filme es dirigido por Malcolm D. Lee, un realizador que suele hacer comedias por lo general con elenco de afroamericanos, como él.
El Coyote hace de las suyas para sumar muchos puntos. Foto WB
El Coyote hace de las suyas para sumar muchos puntos. Foto WB
Lo que sí, no hay, tampoco, estrellas de la NBA que le hagan sombra a James, como sí acompañaban a Michael Jordan en la película original de 1996 (Patrick Ewin, Larry Johnson, Charles Barkley, Larry Bird).
Y ojo al cameo de un tal Michael Jordan…
Kath Soucie, una de las mejores y más reconocidas doblistas, ya no le pone la voz a Lola Bunny, que ahora tiene el timbre de Zendaya. Cuestión de marketing, que le dicen.
Zendaya le pone la voz a Lola Bunny. Foto WB
Zendaya le pone la voz a Lola Bunny. Foto WB
En cuanto a lo del carisma, el propio LeBron James se ríe de sí mismo al decir, casi al pasar, que los deportistas no suelen ser buenos actores… No importa, porque está muy, pero muy bien acompañado por dibujitos que no jugarán tan bien al básquet, pero la rompen igual.