Spencer

Crítica de Leonardo M. D’Espósito - Revista Noticias

La misma receta que Pablo Larraín utilizo en Jackie, su filme sobre Jacqueline Kennedy-Onassis, se aplica aquí a una Diana Spencer interpretada con muchos matices (no lo parece, pero es muy bueno lo que hace) por Kristen Stewart. Es una Navidad, hay rumores de separación o divorcio real, las cosas entre Diana y la familia real (especialmente Carlos, claro) andan pésimo y ella misma se siente -eso es lo que se transmite como constante- alguien extraño a ese universo altamente ritualizado. Pero la película no se llama “Diana” ni “Lady Di”, sino Spencer: es decir, el apellido noble que porta esa persona que intenta ser parte de un mundo pero pertenece -por generación, por mentalidad, por personalidad- a otro muy diferente. En cierto sentido, pensemos en Diana mutada en personaje de Volver al futuro que se quedó varada en 1955. De lo que trata este filme que parece decorativo (solo para recordarnos que ese es el decorado de la nada, de que las tradiciones han perdido su valor mítico) es de un viaje en el tiempo, de un pasado obligatorio a un presente que se impone. El momento en el que, cerca del final, Diana y sus hijos cantan en el auto resume prácticamente todo, más allá de que sabemos lo que implica el ruido en un auto cuando de Lady Di se trata.