El chileno Pablo Larraín es un especialista en abordar universos femeninos. Tal interés lo demuestra la producción de películas como “Gloria Bell” (2018), “Princesita” (2019) y “Una Mujer Fantástica” (2019), así como la dirección de cintas del estilo de “Emma” (2019) y “Jackie” (2016). Trazando lazos evidentes con esta última, es que su reciente recorte biográfico de una personalidad atravesada por su desempeño político, sigue los rastros de la fallecida miembro de la realeza británica, Lady Di. La princesa de Gales, primera esposa de Carlos, y heredera de la Corona Británica, vivió sus años bajo los flashes de la prensa y sometida a una enorme presión. Gozó de su popularidad y tal carisma la hizo merecedora del cariño del público, en tanto sufriera en carne propia el escrutinio permanente que los medios amarillistas hicieran sobre la estabilidad de su matrimonio y los escándalos que rodearan al mismo.
Activista humanitaria y glamorosa aristocrática, la silueta que traza su figura arroja un reflejo fractal. El ojo público concibe la autenticidad imperfecta de una figura hecha de contrastes. Con magnetismo y de modo por completo anti convencional, el talentoso realizador chileno indaga, con su habitual abordaje antropológico, en la tumultuosa vida privada de la princesa, centrándose en un evento familiar particular, el cual utiliza como disparador para desnudar la crucial naturaleza de sus tormentos y traumas. El drama se desatará, a lo largo de tres jornadas, en una fastuosa mansión, ubicada en una finja de la rural Norfolk. El de Kristen Stewart es un retrato emocional perturbador. Deslizándose hacia las profundidades de su psiquis, encarna a una mártir modernista, debatiéndose entre visiones de Ana Bolena y desarreglos alimenticios con delicias de arte culinario burgués.
La estilizada puesta en escena, del siempre inquietante y sutil Larraín, no desatiende detalle a la hora de potenciar todo elemento del lenguaje cinematográfico al servicio de una riqueza sensorial llamativa. Es así como herramientas y recursos, tanto visuales como sonoros, van construyendo esta extrañada, fascinada y perturbadora mirada. Acaso un ensayo sobre la angustia existencial, descansando en el talento sin parangón de una de las estrellas jóvenes más cautivantes del horizonte hollywoodense. “Spencer” es el anverso perfecto del tipo de biopic encarado por Oliver Hirschbiegel para el film “Diana” (2013), protagonizado por Naomi Watts.