En los papeles Spiderman: De Regreso a Casa es una fantástica película pochoclera. Está llena de acción y humor, hay un excelente protagonista - quizás el mejor actor que se haya calzado el traje de Arañita - y un gran villano, y no hay ni un momento aburrido en todo el filme. Sin embargo hay algo que se ha perdido en todo este despliegue, y quizás sea el corazón. Por mas brillante que sea la puesta en escena Spiderman: Homecoming no logra eclipsar a Spiderman 2 - la cual considero que es una de las mejores películas de superhéroes de la historia -. Desde ya, es mucho mejor que las últimas tres películas del Hombre Araña, pero no logra sintonizar lo que hacía memorable a los dos primeros filmes de Sam Raimi, ya sea la genial partitura de Danny Elfman, el melodrama amoroso de Peter Parker con Mary Jane, la gloriosa dualidad entre el bien y el mal del Doctor Octopus, las batallas campales en las alturas, el sentido épico que Raimi le daba al personaje - ¿se acuerdan de cuando los ciudadanos neoyorkinos defendían a Spidey del Doctor Octopus en aquella memorable escena del tren? -, y ese tono dramático de que "con un gran poder viene una gran responsabilidad". Quizás todo esto lo encontremos en la secuela planeada para el 2019, en donde los responsables de esto hayan perdido los nervios del debut y estén dispuestos a expandir su visión del personaje con mas calma y profundidad... el punto justo de maduración que el público y los fans del superhéroe están esperando.
Honestamente los filmes protagonizados por Andrew Garfield nunca me parecieron malos, aunque sí dispares. Muchas buenas ideas unidas con un grado de cohesión discutible. Aún con ello cada entrega del segundo reboot del enmascarado recaudó la nada despreciable cantidad de 700 millones de verdes en taquilla, lo cual está lejos de ser considerado un fracaso. El por qué abortaron la saga a mitad de camino es un misterio, aunque asumo que la Marvel le debe haber metido una presión infernal a la Sony como para que le cediera la tutela compartida del personaje y el control creativo de la franquicia. Después de todo los derechos de Arañita fueron cedidos antes que el MCU existiera y, en vista del rotundo éxito que tuvieron los filmes manufacturados directamente por Marvel a partir del 2008, es obvio que les debe haber parecido un sacrilegio que debían enmendar de manera urgente - algo similar hubiera pasado si la DC / Warner hubiera franquiciado a Superman o Batman a otro estudio, y hubieran estado llorando esa decisión desde el mismo momento en que la tomaron -.
El primer problema que tiene Spiderman: Homecoming es la desesperada urgencia de demostrar el ADN oficial del MCU. Entiéndanme: nunca me pareció demasiado lógico que un adolescente de clase media, genio en química y tecnología, fuera un sastre maestro capaz de hacer un disfraz sofisticado. El que Tony Stark provea el traje oficial a Arañita me parece una decisión mucho mas coherente... aunque el problema de esto es que el disfraz viene infestado de tecnología - drones espía con forma de araña, computadora a bordo con inteligencia artificial, GPS y conexión a la base de datos de los Vengadores; tejido inteligente que puede iluminarse, calefaccionar al huésped, activar paracaídas y opciones de vuelo, etc -, lo que convierte a Peter Parker en una especie de Ironman adolescente. No solo hay demasiados gadgets que distraen la atención sobre el personaje, sino que aniquila la capacidad como detective del superhéroe, esa sensación de estar batallando en soledad contra adultos mas poderosos y con una capacidad tecnológica ampliamente superior. El Hombre Araña de los comics era un superhéroe artesanal que enmendaba con aguja e hilo sus trajes, no un Robocop volador avalado por una tonelada de tecnología. Por otra parte, si bien los contrapuntos de Peter con Happy Hogan y Tony Stark son deliciosos, por el otro lado resultan asfixiantes: pareciera que el personaje es incapaz de tener vuelo propio y debe pasarse reportando a base cada vez que rescata a un gato atrapado en un árbol.
Por si esto no fuera suficiente, el otro problema inicial que tiene el filme es un exceso de nerviosismo, la desesperada necesidad de agradar a propios y extraños con toneladas de humor, acción y fan service. Peter habla demasiado, le proveyeron un amigote que es demasiado charlatán, hay demasiado drama de escuela secundaria, el tema musical del cartoon de 1968 flota por ahí para demostrar que son respetuosos del personaje... hay un desborde de cosas cool que termina aplastando al caracter. En cambio, del pasado de Peter no sabemos nada; las escenas con tía May son escasas, no hay referencias a tío Ben o al drama de la ausencia de sus padres. Ok, Marisa Tomei es demasiado hot para ser tía May - para colmo aparece en top en dos o tres escenas - pero, por otro lado, es mucho mas lógico que la cuñada de tu padre sea una mujer de 40 o 50 y tantos que una geronte que bordea los 70. Si tenés 14 años, ¿a qué edad te tuvo tu madre? ¿A los 55 como para tener una cuñada de la misma edad?.
Por suerte todos estos dramas del debut desaparecen en el segundo acto, que es cuando Happy Hogan y Tony Stark hacen mutis por el foro y Peter gana oxígeno como personaje y como superhéroe. Y es donde las cosas se ponen realmente interesantes. Primero, porque podemos conocer mejor al villano. Para mí Michael Keaton siempre ha hecho de Michael Keaton - un tipo acelerado que piensa a mil por hora y es capaz de disparar chistes y frases cínicas con la misma velocidad -, pero acá está realmente muy bien. Su Adrian Toomes tiene muchas facetas, y es una lástima que el libreto decida darle mas bola al teledrama de Peter / Tony Stark que a profundizar la dualidad del villano, un tipo de clase obrera endeudado hasta el cuello que decide hacer fortuna robando tecnología alienígena - recuperada de los restos de la batalla de Nueva York luego del climax de Los Vengadores - y que es un ejemplar padre de familia. El cómo este laburante se volvió un tipo capaz de matar sin miramientos es un misterio que el libreto decide omitir, haciendo trampa al meter un lapsus de 8 años entre el origen y el actual estado criminal de Toomes. Por otra parte, el guión tampoco explica cómo este tipo - rodeado de obreros - ha logrado montar una sofisticada fábrica de armas ilegales de última tecnología, o cómo nadie se ha enterado de que hay armas Chitauri circulando en la calle en las manos de los criminales mas peligrosos. De todos modos ver a Keaton y su banda en acción es notable, y más cuando el ex-Batman decide mostrar su lado tierno... en una escena que es tan sorprendente como shockeante (y que debe ser una de las mejores del filme).
Ahora Spidey ha ganado un amigote de viaje, un pibe que - en un principio - amenaza con ser el Jar Jar Binks del universo Marvel hasta que el libreto decide sacarle la cafeína y convertirlo en alguien mas moderado y útil. Jacob Batalon logra ganar sus pies en el segundo acto, y hace de uan especie de Q con acné, proveyendo algunos de los momentos mas graciosos de la pelicula (es el único que sabe que Peter es el Hombre Araña) pero su debut en la cinta resulta molesto. Es el problema con los personajes charlatanes, que revelan demasiado y distraen la atención del público si no están hechos con cierta altura.
Como corresponde a un filme de la factoría Marvel / Disney, ahora tenemos un elenco multirracial. Hay arabes, hindúes, morenos, afro americanos - una deliciosa Zendaya en un rol menor que se roba todas sus escenas y que parece la versión morena de Ally Sheedy de The Breakfast Club -, todos en roles potables. El interés amoroso de Peter no es Mary Jane - todavía no entró a cuadro.. bah, no sabemos (!) - sino una morena re-alta que lo vuelve loco en la secundaria. Mas allá de sus proezas Peter no deja de ser un adolescente dominado por las hormonas, con lo cual él y su obeso amigo se la pasan metiendo la pata a la hora de querer acercarse a sus pares del sexo opuesto; pero el deber manda, lo cual termina arruinando las citas del sufrido Arañita, en donde apresar villanos es mas imperioso que aprovechar la oportunidad de dar su primer beso.
Un detalle curioso es que esta versión de Peter Parker no está tan fogueada como la de las entregas anteriores. El tipo aún no se acostumbró a las alturas y, a la hora de quedar sepultado bajo toneladas de escombros, le agarra claustrofobia. También es un Spiderman mas sufrido, ya que no todos los barrios que debe atravesar (para perseguir a los villanos) tienen los imprescindibles rascacielos que necesita para columpiarse. Verlo perseguir a una camioneta por una zona de chalets es hilarante ya que debe saltar de techo en techo, volar sobre piscinas y alambradas, comerse postes de luz y esquivar perros mientas hace la persecución prácticamente a pie. Oh, sí, este Hombre Araña es diferente a todo lo antes visto.
Si Spiderman: Homecoming funciona de maravillas, en gran parte es gracias a la espléndida perfomance de Tom Holland como protagonista. El flaco tiene un rango enorme y, en los momentos serios, el tipo demuestra tener un palpable lado oscuro - honestamente, no me extrañaría verlo como James Bond de acá a 15 / 20 años -. Es un delicioso nerd histérico e inseguro pero también destila un carisma formidable a la hora de lucirse como superhéroe. Por lejos es el mejor actor que se ha calzado el traje, y anticipa un futuro genial para el personaje.
Si Spiderman: Homecoming no es el mejor filme sobre el Hombre Araña, al menos se acerca mucho al primer puesto en el podio. Lo que precisa Spidey es soledad para poder desarrollar sus propios dramas y su mitología. Es posible que el personaje de Zendaya sea la versión morena de Mary Jane, pero resulta imposible anticiparlo en este momento. Precisamos mas de tia May - de su tutela para cómo acercarse a las chicas, de su conflicto con el triste pasado que lo ha unido con Peter -, y menos de gadgets, Vengadores y amenazas siderales. Y si Michael Keaton regresa a la palestra, pagaría con gusto para verlo. Aún con sus deslices y su entusiasmo excesivo Spiderman: Homecoming divierte a lo grande, y promete un futuro venturoso para el personaje... el cual puede ser épico si está desarrollado con la madurez que promete.