Con la trilogía de culto de Sam Raimi y las dos controvertidas entregas de The Amazing Spider-Man (2012) de Mark Webb, el amigable trepamuros marvelita nunca ha pasado desapercibido por la pantalla grande. Sin embargo, desde su instancia preliminar en Spider-Man : de regreso a casa ( 2017), sopeso la impostura de un temor generalizado de buena parte del público y entusiastas ante otro febril reinicio de la franquicia. Por lo tanto ¿cómo se justifica esta nueva versión del personaje después de tan sólo tres años de la última entrega cinematográfica? La respuesta es simple, gracias a un acuerdo con Sony, mediante el cual Marvel y Disney tienen la posibilidad de integrar a Spider-Man a su gran universo cinematográfico junto al Capitán América, Iron Man o los Guardianes de la Galaxia.
En esta oportunidad Spider-Man: de regreso a casa (2017), nos presenta a un estupendo Tom Holland encarnando a Peter Parker en su esencia más pura: como un verdadero adolescente que debe hacer malabares entre su vida estudiantil y el compromiso de un héroe de barrio.
El director Jon Watts (Cop car, the clown), quien hasta entonces se desempeñó en producciones de cine independiente sin proximidad a los grandes estudios, toma el desafío de comandar el rumbo de una franquicia caliente en el imperio de Marvel en la pantalla grande. Procurado un efectivo semblante de comicidad, Spider-Man: de regreso a casa elude con éxito la recurrente formula Marvel que esboza películas de origen genérico caso de Ant-man/el Hombre Hormiga (2015) y Doctor Extraño (2016), destacándose como un producto entretenido, ameno y autentico.
Cabe estacar que uno de los principales aciertos de Spider-Man: de regreso a casa es su inspirado punto de apoyo en las juveniles comedias ochentosas del John Hughes, más precisamente en The Breakfast Club. Aquí los tópicos escolares no orbitan la temática del bullyng -cual signo de los tiempos- sino que apelan a una efectiva sinergia y rebeldía de los clásicos estereotipos adolescentes, donde se destaca Ned (Jacob Batalon) el mejor amigo de Peter Parker, la popular Liz (Laura Harrier) y su amiga Michelle (Zendaya) y el bravucón de turno, Flash Thompson interpretado por el genial Tony Revolori .
En esta oportunidad nos encontramos con un Peter Parker ajustándose “a un nuevo hogar”, con una chispeante Marisa Tomei como la tía May Parker que dista de aquella simpática ancianita que horneaba galletas en las tradicionales viñetas del comic. Peter Parker/ Spider-Man ahora se encuentra inmerso en un contexto mucho más amplio del que alguna vez haya presentado en la pantalla grande, con un mundo repleto de superhéroes en conflicto después de la guerra civil que sacudió a los mismísimos Avengers en la tercera entrega de la saga de Capitán América.
Oficiando como villano de turno, “El Buitre” entra en escena, representando para nuestro amigable trepamuros nuevos desafíos que van más allá de su lucha diaria contra la delincuencia barrial. Determinado a sembrar el terror en la ciudad, El Buitre/Adrian Toomes, interpretado con vehemencia por Michael Keaton, acaso sea uno de los más elaborados villanos que Marvel Studios haya presentado hasta el momento junto al Loki de Tom Hiddleston.
Si Peter Parker/Spider-Man es la definición por antonomasia de un héroe de barrio, su antagonista Adrian Toomes/El Buitre también representa a un ciudadano promedio especializado en la recolección de artefactos alienígenas, remanentes de la invasión Chitauri que tuvo lugar ocho años antes cuando los recientemente conformados Avengers (2012) salvaron a la ciudad de Nueva York. El Buitre no será un villano que pierda la cabeza debido a experimentos o extrañas mutaciones, sino que la crisis económica y el capitalismo salvaje desataran la codicia latente en un hombre que abastece a una pequeña banda de criminales con adelantos tecnológicos para cometer algunos delitos – en principio menores- que incrementaran su tenor en el transcurso de película.
Desde su incursión en el tráiler inicial de la película, la presencia de Tony Stark, a cargo del rimbombante Robert Downey Jr, genero alguna preocupación respecto a una temida sobreexplotación del personaje, como había ocurrido anteriormente en Capitán América: Guerra civil (2015). El caso es que el genio científico fundador de los Avengers no tiene mucho tiempo en pantalla, su personaje se utiliza como una suerte de tutor y apoyo emocional. Hasta ahora siempre presenciamos a un desprejuiciado Tony Stark/Iron Man, pero en esta oportunidad, sorprende la vuelta de tuerca que abre más dimensiones del personaje, ejerciendo una sobreprotección algo enrarecida que atenta con coartar el brío heroico natural de Peter Parker.
Spidey es por demás bienvenido haciendo una entrada triunfal en el universo cinematográfico de Marvel, con una producción divertida que hace justicia a la tradición del personaje en el cómic. Como se mencionó anteriormente en este artículo, otro de los aspectos que merecen ser elogiados es el desarrollo de un digno villano que juega en favor del el crecimiento del héroe y su periplo en el relato. Sin duda, Spider-Man: de regreso a casa es una de los más originales propuestas de Marvel Studios, donde sobrevuela una impronta que vaticina que Spider-Man, está destinado a convertirse –en un futuro inminente- en la columna vertebral Universo cinematográfico de Marvel.