Spider-Man: de regreso a casa

Crítica de Jorge Bernárdez - Subjetiva

Spider-Man: De regreso a casa, de Jon Watts
Por Jorge Bernárdez

En una escena de batalla campal en la que se definía la separación entre los Avengers, aparecía un nuevo Spider-Man, un Spider-Man adolescente apadrinado por Iron Man. La aparición había sido anunciada en cierta forma cuando unos meses antes, se supo que la Marvel estaba negociando los términos contractuales del super héroe que hasta ese momento sa había quedad afuera de la nueva etapa de la Marvel. Spider-Man: De regreso a casa es la película en la que se concreta el pase, el relato en el que Peter Parker se hace desde abajo bancado por Ray Stark. Más allá de lo deprimente que puede resultar ver a un héroe reducido a la situación de un suplente, tratando de jugar en primera, la nueva experiencia es gratificante, renueva (¡otra vez, si!) a Spider-Man y suma un eslabón a la cadena de películas con las que la Marvel le hace morder el polvo de la derrota a la DC, la productora de Superman, Batman y la otros súper héroes.

La acción se inicia dos meses después de la épica lucha entre los Avengers y muestra a Peter Parker estudiando en la Academia de Tony Starks, esperando ser llamado de nuevo a la acción. Pero el llamado no llega y el nuevo Spider-Man se aburre en el colegio secundario, sale por la noche a proteger al ciudadano de a pie y le oculta a la tía con la que vive su doble vida. Una noche se topa con delincuentes que manejan una nueva generación de armas, que hacen cosas asombrosas. Tony Starks supervisa de lejos a su protegido a través de Happy (Jon Favreau), pero el adolescente es demasiado inquieto. No vale la pena desarrollar más el argumento de una película que es en parte de aventuras y en parte sobre la vida de gente notable en sus primeros pasos. El universo de Peter Parker se compone de compañeros de colegio -una de la cuales es el objeto de sus deseos- se suma al otro universo que es el de Spider-Man contra el que se establece la lucha y está interpretado por Michael Keaton, que por supuesto se luce haciendo de villano.

Y si bien el nuevo Spider-Man no es tan explosivo como por ejemplo Deadpool, el clima adolescente y la irreverencia atraviesan una película que no abreva en la solemnidad del cine de súper héroes, que creció en los últimos años al son del Batman de Christopher Nolan.

Así que bienvenido el regreso de Spider-Man, bienvenida la música de Los Ramones que suena más una vez y bienvenida la renovación que Marvel va planteando lentamente pero a paso firme. Como siempre en las películas de la productora, hay que quedarse hasta que terminen los títulos del final.

SPIDER-MAN: DE REGRESO A CASA
Spider-Man: Homecoming. Estados Unidos, 2017.
Dirección: Jon Watts. Intérpretes: Tom Holland, Michael Keaton, Robert Downey Jr., Marisa Tomei, Jon Favreau, Gwyneth Paltrow, Zendaya y Donald Glover. Guión: Jonathan Goldstein, John Francis Daley, Jon Watts, Christopher Ford, Chris McKenna y Erik Sommers. Fotografía: Salvatore Totino. Música: Michael Giacchino. Edición: Debbie Berman y Dan Lebental. Diseño de producción: Oliver Scholl. Duración: 133 minutos