Una aventura con varias fallas
El nuevo film de uno de los superhéroes más queridos no cumplió con las expectativas de los fanáticos. Lo bueno de las anteriores películas fue desaprovechado por su director, Jon Watt.
Spider Man es uno de los superhéroes más queridos por los fans de los comics (era el favortio de Stan Lee, fundador de Marvel), de los cinéfilos y también de la taquilla. Esta es la tercerca vez que el adolescente protagoniza en versión “live action”, y es también un récord si pensamos que estas películas comenzaron en 2002.
En los últimos años, nos encontramos varias veces con “Peter Parker”: En la saga de “Avengers”, con un papel secundario; en el filme animado estrenado en 2018, “Un nuevo universo”, una de las joyas del año; y en “De regreso a casa”, la primera película en solitario del superhéroe adolescente en esta nueva versión protagonizada por Tom Holland.
Así llegamos a “Spider Man: Lejos de casa”, con una vara demasiado alta por los buenos antecedentes. Desgraciadamente, todo lo bueno que tenían los anteriores filmes fue desaprovechado por Jon Watt, director a cargo del proyecto, que curiosamente había tenido un gran desempeño en “De regreso a casa”.
La historia comienza después de los eventos de “Avengers: Endgame”, por lo que la muerte del mentor de Peter (Holland), Tony Stark, significó un golpe duro para el joven. Por ello, decide tomarse un descanso y se va de vacaciones a Europa con sus compañeros de secundaria (Zendaya y Jacob Batalon).
Pero su idea de dispersión quedará en la nada cuando se vea obligado a unirse a Quentin Beck (Jake Gyllenhaal), también llamado Mysterio, con el objetivo de detener a Los Elementales, unos extraños seres que destruyeron el planeta Tierra en el alterno en el que vivía este nuevo ¿superhéroe? Para quien no esté vinculado a los comics quizás sea una sorpresa, pero es sabido que Mysterio es en realidad un villano.
Entonces, este nuevo “colega” del arácnido guarda algunos secretos que Spider Man deberá enfrentar. La película funciona por momentos como una buena comedia, pero desgraciadamente se agarra demasiado de ese estilo divertido que tuvo buen resultado en la primera parte, y lo explota tanto que lo rompe.
Por eso la primera parte resulta demasiado liviana y sólo mejora cuando llega a la segunda mitad, cuando aparece la acción y las vueltas de tuerca.