Al igual que paso con la saga de Batman, en la que hubo un tiempo luminoso, kitch y pop, entre la transición de Burton y los realizadores que luego se sumaron a llevar adelante la vida del encapuchado, estás entregas del arácnido con Tom Holland como Peter Parker/Spidey, demuestran un interés por apuntar a un target adolescente que seguramente disfrutará de nuevas aventuras alrededor de Europa mientras una siniestra amenaza se cierne sobre la humanidad. Atentos a Zendaya, una MJ diferente, alejada de la ingenuidad característica del personaje, en un relato forzado y predecible que cumple con sus premisas y no mucho más.