Peter Parker (Tom Holland) desea suspender momentáneamente su heroísmo para irse de viaje a Europa con sus amigos, sus compañeros de clase y, dentro de ese grupo, la chica que le gusta. Pero Nick Fury tiene otros planes y el viaje por el viejo continente incluirá el combate contra unos villanos a los que perseguirá por varias ciudades. Las cosas no son como parece y Peter, ya sin la presencia física de su amigo y tutor Iron Man deberá resolver el conflicto como puede.
Ni el tono, ni los efectos, ni el villano, ni nada termina de encajar en esta película con varios méritos aislados pero aterrada por elegir un rumbo y un estilo. En su afán de ser ligera pero seria, convencional pero con cierta originalidad, la película abruma por su exceso y aburre por su falta de criterio. Un paso atrás para el personaje, sin duda.