Un Spidey a puro disfrute.
Si tuviera que describir mi opinión hacia el Spider-man de Tom Holland, estaba más en la línea de JJ Jameson que la del pueblo que lo consideraba su “amigable vecino”.
No es que tuviera nada contra el actor, al contrario, pero la ejecución hasta el momento no me habia convencido. ¿Era fiel a los comics? Es una adaptación, no pretendo un calco, si drenaba las influencias de Dan Slott, uno de los autores más controversial de tiempos recientes, el mismo que le dio a Spidey sus gadgets tecnológicos que antes no tenía más que sus disparadores o el que tuvo la genialidad de intercambiar mentes entre Spidey y Octopus creando Superior Spider-man.
Pero no solo Spidey dependía de sus gadgets –como si con sus poderes no alcanzara- sino también que hasta la fecha no veía a Spider-man en el cine, siempre siendo opacado o por algún vengador o villano de turno, este último detalle se vio más acentuado con esta ultima encarnación.
Afortunadamente, y tal vez nunca imaginé decir esto, pero la llegada de Spider-man al UCM fue lo mejor que le pasó, no sólo por su interacción con otros héroes, algo que al fanservice le encanta, sino también por el hecho de desarrollarlo mucho más que un adolescente.
No es algo que no hayamos visto antes. Con Garfield y Maguire vimos a un joven adulto Spider-man , pero todo parece indicar que vamos a ver mucho más en estas entregas y no sólo ello, sino también que la mayor celebración es alejarnos de Slott y ver a nuestro amigable vecino en su máximo esplendor.
Con la inclusión de tantos villanos, debo reconocer que tuve miedo por como iba a terminar la cosa, podía ser el final de Spider-man o un éxito sin precedentes del arácnido que nos adentraría más en su universo.
La segunda opción fue la triunfadora, Alfred Molina, Willem Dafoe y Jamie Foxx los icónicos villanos de Spidey que habíamos visto enfrentarlo, no sólo volvieron por una revancha sino también por mejorar sus ejecuciones (sobre todo Foxx que al menos su Electro le dio una gran corrección en esta entrega).
Por el lado de los aliados, tenemos a Doctor Strange, MJ y Ned Leeds, que tuvieron una participación acertada y por primera vez Watts, luego de hacernos sufrir con las entregas previas, hizo que Holland se luciera como Spidey.
Claro que si debo objetar algo es la inclusión de Lagarto fue la más floja, tal vez la de Hombre de arena fue un tanto confusa a mi parecer y como no podían faltar los chistes de turno, un sello de Marvel que estuvieron siempre presentes para sacarnos de acción, algo que no pasó con Shang chi.
Pero no todo es alegría, tenemos momentos desgarradores, un mensaje que nos recuerda a la lejana Spider-man 3 y lo más importante: el significado de afrontar una gran responsabilidad.
Lágrimas, nostalgia, risas y acción, Spider-man: No way home no solo llegó para presentarnos un nuevo inicio en la saga de Hombre araña, sino también en hacer historia en sus 20 años en cine.