Tras una gran espera para sus fanáticos, ha llegado a las salas de cine, la película Spider-Man: Sin camino a casa (Spider-Man: No Way Home, 2021) perteneciente al género cinematográfico de superhéroes, que ha crecido a pasos agigantados -como lo suelen ser sus grandilocuentes villanos- en los últimos años. La saga que tuvo su comienzo con Spider-Man: De regreso a casa (Spider-Man: Homecoming, 2017) protagonizada por Tom Holland, inicia la presente entrega exactamente en donde había dejado la acción Spider-Man: Lejos de casa (Spider-Man: Far From Home, 2019), con el villano Mysterio revelando la identidad del Hombre-araña al mundo, poniendo en consecuencia en jaque la vida del adolescente Peter Parker.
Debido a ello el abrumado Peter, recurre a la experiencia de su compañero de los Avengers, Doctor Strange (Benedict Cumberbatch), quien realiza un hechizo con el fin de revertir los hechos para devolverle la tranquilidad al joven. Sin embargo, una serie de desencadenantes erróneos en la ejecución del mismo harán surgir nuevos problemas con amenazas de otras líneas temporales y espaciales, es decir, el multiverso se hace presente. Es pertinente recordar que esta no es una idea novedosa en sí misma, ya en la serie animada televisiva de los ´90 se bromeaba al respecto, y recientemente el concepto fue explorado en la sorprendente película animada Spider-Man: Un nuevo universo (Into the Spider-Verse, 2018). Asimismo, en algunos comics tanto de Marvel como de DC, también es representado el multiverso.
Si bien es cierto que por momentos parece desmedido su “fan service”, pues Spider-Man: Sin camino a casa cumple con todo lo que sus fans esperaban encontrar en esta entrega – e incluso también con alguna sorpresa extra- de igual modo, hay que mencionar que en este caso está justificado a nivel argumental. Asimismo, la utilización del CGI, que tiende a ser desmedida en los films del MCU (Marvel Cinematic Universe), en esta ocasión se ajusta también a la trama sin excederse, sobre todo teniendo en cuenta los despliegues visuales a cargo de los artilugios del Doctor Strange, que poseen juegos ópticos similares estéticamente a El Origen (Inception, 2010).
Además, la utilización del recurso del multiverso no se queda en lo superfluo de la trama, sino que va un paso más allá para quienes quieran tomarse el trabajo de interpretar las reflexiones metadiscursivas que en la película se exponen y que vinculan de forma intertextual todo el universo audiovisual de Spider-Man. Por ejemplo, cuando un Spider-Man reflexiona sobre su desempeño como tal -al decir “Soy el peor Spider-Man”- al mismo tiempo está reflexionando sobre su star system y su lugar dentro de la saga. De igual modo, se expresan fugazmente otras ideas interesantes en boca de los personajes como “soy la persona más famosa del mundo, pero no soy rico”, evidenciando las contradicciones del mundo posmoderno, los mass media y las redes sociales en la mente de un centennial.
Por otro lado, otra cuestión fundamental es que al ser el protagonista del film un adolescente, es evidente que toda la trilogía está ligada a la búsqueda de identidad del personaje y su camino del héroe. Es decir que el relato se acerca bastante a las características narrativas de la llamada Bildungsroman, novela de aprendizaje, que se centra en la transición de la juventud hacia la adultez. En el caso de Spider-Man es un camino en el que, en todas sus versiones dentro del multiverso, ha tenido que hacer grandes sacrificios, como perder seres queridos y lidiar con su doble identidad, porque como enuncia la frase popular del tío Ben “Un gran poder conlleva una gran responsabilidad”. Paralelamente mientras Peter Parker termina la escuela secundaria y debe ingresar a la universidad, Spider-Man también deberá alcanzar la madurez y dejas ciertas cosas atrás.
En conclusión, Spider-Man: Sin camino a casa es un relato entretenido que logra cumplir con las expectativas del público y en donde su extensa duración no se siente debido a su dinamismo. Desde la primera aparición del Spider-Man interpretado por Holland en Capitán América: Civil War (2016) hasta ésta, su tercera película individual dentro del MCU, se ha logrado un sólido desarrollo en la psicología del personaje que aquí lo encuentran fiel a sus valores y su propio instinto más allá de las consignas de los experimentados Avengers. Por último, el star system se hace presente una vez más en los momentos de romance entre Parker y MJ, interpretada por Zendaya, actual pareja en la vida real del joven, elemento que enfatiza la convocatoria de las masas a la sala de cine. Al igual que las reiteradas entregas de los distintos superhéroes dentro de este género cinematográfico y sus nuevas versiones a lo largo de los años, este relato también plasma la moraleja de creer en las segundas oportunidades.