Algo que todos los fans de Marvel saben bien, es que si hay un personaje que luce como ninguno en un cartoon es Spiderman, sumado a que esta “Spider-verse” es una gigantesca superproducción de la animación digital con todos los elementos técnicos y creativos para lanzarle imágenes alucinantes al espectador –que si la ve en 3D, casi tratará de esquivar las telas arácnidas de todos los modelos de Spiderman posibles. Es que esta variación no tiene un Spiderman, sino toda una banda, empezando por un adolescente de clase baja y apellido hispano que se convierte en un equivalente del Robin de Batman, pero de Peter Parker.
Parker ya no es el adolescente nerd picado por la dichosa araña radioactiva en la clásica historieta de Stan Lee sino un tipo de mediana edad que se la pasa engullendo comida basura, y tiene una notable barriga. Está acompañado por sus colegas arácnidos, como Spider Ham y Spider Noir (con la voz de Nicolas Cage). Además de variaciones de los villanos monstruosos de siempre, incluyendo ahora una chica mala y tentaculada.
Sería largo explicar cómo se juntan todos, entran y salen de un alucinante universo paralelo. Si bien el extenso film podría haber apurado dos o tres escenas de diálogos incoherentes, pero todo lo demás esta al borde de lo genial: la estética del comic en el cine, con pantalla dividida y cartelitos con onomatopeyas al estilo del Batman de Adam West, es original y muy atractivo. También hay homenajes a personajes y films animados, incluyendo varios toques del clásico japonés “Akira”. El diseño de los decorados realistas –es decir las imágenes urbanas- son extraordinarias, mientras los primeros planos de los personajes, cuando no tienen máscara no resultan demasiado carismáticos. Al que sí dibujaron bien es al difunto Stan Lee, que hace el último de sus clásicos cameos, esta vez como dibujo animado.