Pensada para el publico comiquero, "Spiderman: Un nuevo universo", de Bob Persichetti, Peter Ramsey, Rodney Rothman; cae en las propias trampas de su planteo; una mezcla de universos que no la favorece.
El vampiro se caracteriza por morder a sus víctimas, chuparles la sangre, y casi inmediatamente, vampirizarlos, transformarlos en uno más de la manada. Algo así podríamos decir de Marvel Studios/Disney, en donde mete la cuchara, vampiriza.
Luego de los resultados financieros no muy alentadores de ambas "The Amazing Spiderman", el estudio dueño de la franquicia "Avengers" vio la posibilidad de llegar a un acuerdo para poder hacerse con los derechos de los personajes.
Los resultados en el cine hasta ahora fueron las participaciones de Spidey en "Capitan América: Civil War" y "Avengers: Infinity War", y la magra "Spiderman: Homecoming".
La llegada de "Spiderman: Un nuevo universo" significan el siguiente capítulo, o más bien algo paralelo; y sí, la teoría se reconfirma. Basada en la serie limitada de comics iniciada en 2014 "Spider-Verse", o Universo Araña, "Spiderman: Un nuevo universo" lleva todos los códigos del mundo Marvel cine, ahora a la animación.
Este film co-dirigido por los nóveles Bob Persichetti, y Rodney Rothman; y Peter Ramsey ("El origen de los guardianes"), se presenta con varias novedades a modo de “gancho”. En principio, la posibilidad de ver varias “realidades alternativas” de Spiderman confluyendo en un mismo universo. Segundo, y lo más problemático, un estilo de animación ecléctico que intenta imitar al comic, y mezcla diferentes técnicas, supuestamente.
En realidad, lo que veremos, en gran parte, es otra vez la misma historia contada desde una “perspectiva” o realidad distinta. Miles Morales es un adolescente con ascendencia afroamericana y latina, con una gran capacidad tanto artística como intelectual/científica, pero que vive opacándose para pasar desapercibido.
Es hijo de un policía que no lo comprende, y espera que él despliegue todo su potencial; y sobrino de un ingeniero más outsider con el que congenia mejor. Por supuesto que papá y tío no se llevan bien.
Todo va por los caminos más o menos tradicionales, a Miles lo pica una araña, pero que no sabemos bien de dónde vino, comienza a experimentar sensaciones y poderes extraños (a los conocidos le suma invisibilidad); y ocurre un suceso relacionado a Spiderman. Sí, porque Spiderman ya existe en este Brooklyn. Con esto, ya se nos fue la mitad del film.
Lo que sigue ser la presentación de los universos paralelos, en los que cada uno contará con un Spiderman bastante diferente, y que algo tiene que ver la araña que picó a Miles. Todos confluyendo en el plano de Miles… pero ya es mejor que eso se descubra viéndola.
La adaptación del comic en el guion corre por cuenta de Phil Lord, el responsable de ambas "Lluvias de hamburguesas" y La película de "Lego"; ahí empezamos a entender el asunto.
Al igual que estas, "Spiderman: Un nuevo universo" tiene un ritmo acelerado, frenético, por momentos histriónico; a lo que le suma un tono bombástico, y una necesidad de sumar elementos, e ir del tono serio a la inserción de humor.
Todo sin parar un segundo. En el mundo del comic, entre viñeta y viñeta, hay algo de acción narrativa que el espectador debe llenar “con su imaginación”. Cosa que en plano de “las artes vivas o animadas” no ocurre, salvo en una elipsis o en un montaje videoclipero.
Con la intención de trasladar la esencia comiquera, "Spiderman: Un nuevo universo" hace abuso de esto, y constantemente se pasa de un plano al otro, de un estilo al otro. Hay diálogos y a la vez los típicos cuadritos con texto de las historietas (que más de una vez repiten lo mismo que los diálogos).
Los golpes se ven en las batmanizadas letras ¡Pum! ¡Kazam!, ¡Caboom! y/o en la acción arrolladora. La “cámara” puede pasar de los primeros planos estáticos, a un cuadro en el que todo es movimiento.
El tono maneja tramos de un film de aventuras adultos, con remates humorísticos gastados, y poco eficaces, propios del terreno infantil. Nunca define una dirección. En cuanto a la animación, no puede negarse que es novedoso, por lo menos en la pantalla grande. Novedoso no significa que esté bien.
En el mismo plan de querer imitar a un comic (¿supongo?), "Spiderman: Un nuevo universo" no amalgama bien los diálogos con la animación gestual de por más tiesa, similar a una introducción de videojuegos.
Las voces se escuchan, pero no van acorde a la animación, generando una sensación extraña. Más extraño aún es ver fondos distorsionados como cuando vemos una película para lentes 3D, sin los lentes 3D; o el aleatorio recurso de glitch multiuniverso de un modo convulsivo, perjudicial a la vista hasta que nos acostumbramos.
Es tanto lo que se muestra, tantos los estilos, la información que se arroja a la retina, que simplemente no sabemos hacia dónde ver, y todo pasa como una alocada montaña rusa sin rumbo. El ritmo narrativo frenético de Lord había funcionado bien en las anteriores películas, porque sus bases eran sencillas, y el frenesí era presentado como un juego caricaturesco.
Acá el frenesí es el típico de los films de Marvel, utilizado para cubrir baches por todos lados, y apostar a un espectador que no puede disfrutar de algo sin que sea acelerado. Los personajes no se desarrollan bien.
La teoría de los distintos universos nunca queda bien explicada, y menos el por qué de la confusión. Los villanos, varios, están todos acoplados y sin el menor peso… y esperen a ver cómo se los sacan de encima.
Para remate, hay una revelación hacia el final, demasiado evidente desde los quince minutos de película. "Spiderman: Un nuevo universo" plantea la coexistencia de universos alternativos y el choque de ¿todos? en uno en particular. Curiosamente, su problema pareciera ser ese, mezclar diferentes universos, el comic, el cine, el drama adulto, la comedia, la animación, los videojuegos; y hacerlos chocar en algo confuso, pastoso, y demasiado extraño (para mal) a la vista.
Hay referencias pop a lo pavo, falta total de épica, clichés a la cultura moderna, mensaje que parecesalido del peor capítulo de Glee, y personajes completamente unilaterales. Lo peor del universo Marvel Studios está aquí, y sin embargo, a la hora de hacer referencia al Spiderman del cine, las referencias apuntan al previo, al mejor, al de Sam Raimi; por algo será.