Muchos inicios nuevos
Ya todos sabemos quién es Peter Parker. Sabemos cómo consiguió sus poderes, cómo la muerte de su tío influyó para que se convirtiera en superhéroe, y cómo alguna vez anduvo bailando por la calle, aunque mejor de eso no hablemos (total ya lo hicimos ACA).
Spider-Man: Un Nuevo Universojuega con esa idea, y arranca explicando que Peter lleva diez años salvando a Nueva York como el único e irrepetible Spider-Man. O al menos eso creyó hasta que conoció a Miles Morales, otro chico que (al igual que él) fue mordido por una araña que le dio poderes extraordinarios. Cuando se encuentran en medio de un combate, Peter prometió ayudarlo, pero antes de poder hacerlo muere evitando que Wilson Fisk ponga en marcha una máquina que potencialmente podría abrir un agujero negro bajo la ciudad.
La ciudad lloró a su héroe caído y Miles intentó terminar con la misión, aunque claramente no estaba capacitado. Hasta que -cual reinado de los superhombres- el cielo neoyorquino se puebla de varias nuevas versiones del trepamuros, traídos desde otras realidades por la máquina de Fisk. En esos otros mundos Peter puede ser mayor y divorciado, vivir en la década del treinta, o haber muerto de chico porque nunca fue picado por la araña, quien en cambio le entregó sus poderes a Gwen Stacy, su clásica primera novia a la que no pudo salvar. Esto solo citando las opciones menos absurdas.
Mientras buscan el camino de regreso a sus hogares, los nuevos aliados intentarán enseñarle a Miles lo que implica ser Spider-Man.
Y alguno tenía que sobrar
Aunque no es una secuela, claramente Spider-Man: Un nuevo Universo exige cierto conocimiento previo, porque no va a pasar mucho tiempo presentando personajes clásicos ni explicando los conceptos básicos que ya se contaron muchas veces. Aunque es más disfrutable teniendo frescas por lo menos las películas de Sam Raimi, tampoco hace falta ser un experto en el tema: el principal protagonista de esta historia es bastante nuevo y desconocido para el gran público.
Miles Morales es una reversión siglo XXI del clásico Peter Parker. Aunque comparten varios rasgos de temperamento y carácter, en tiempos donde ser nerd ya no es algo tan problemático, el nuevo Spider-Man se presenta como un artista callejero de origen latino que asiste a una escuela privada donde no encaja del todo.
Spider-Man suele ser un personaje más apuntado al público juvenil que otros, por algo cada tanto hace falta rejuvenecerlo para que conecte con nuevas generaciones de adolescentes: la decisión de poner en el centro a un nuevo Spider-Man sin anular del todo al clásico parece ser una decisión bastante acertada.
Como corresponde al personaje, Spider-Man: Un nuevo Universotiene mucho de comedia además de acción y aventura, pero esta vez con el agregado de romper un poco la cuarta pared reconociéndose como parte de un cómic. Por suerte no llega al nivel de Deadpool de hablarle continuamente a la cámara porque sería demasiado, pero queda claro que cada otra realidad es una publicación diferente, con estilos de animación y reglas de juego propias.
En general ello está bien balanceado, pero no impide que quede la sensación de que quiere abarcar demasiado para el tiempo que tiene. No hacían falta todos los villanos incluidos ni tantas versiones alternas superpuestas; por más que solo dos tienen peso real en la trama y el resto quede más que nada como soporte para muchos de los chistes.
De este relleno solo el Spider-Man Noir, a quien le presta la voz el debatido Nicolas Cage, deja con ganas de conocer más sobre su historia, pues apenas recibimos un par de chistes sobre su existencia sin colores o su fingida rudeza.
El estilo de animación recuerda al de cómics de hace unos años, simulando pintar fotos y darle textura de papel para buscar un estilo hiperrealista, en este caso logrando un aire bastante moderno y coherente con el perfil street art del protagonista, lo que también puede resultar un poco abrumador o sobrecargado por esta misma característica.
Visualmente Spider-Man: Un Nuevo Universo es un bombardeo continuo de color y movimiento desde la secuencia de créditos, cosa que no siempre suma. Cuando se estabiliza y hace síntesis se vuelve más interesante, pero cuando saca de foco partes de la escena sin mucho criterio y genera fantasmas rodeando personajes, hace dudar si no se habrán olvidado de entregar los anteojos 3D en la puerta. Se entiende que la propuesta juega con el tema central de la trama, la superposición de realidades, pero igualmente el uso del recurso se siente un poco pasado de rosca.
Aunque es una de las historias recientes más populares del personaje, Spider-Man: Un Nuevo Universo difícilmente podría haber existido fuera del marco de la animación. A grande rasgos, pocas de las decisiones que plantea resultan cuestionables.