Siempre ha resultado difícil trasladar no solamente la historia, la trama y subtramas de un cómic a otro medio de expresión como es el cine. Cada uno tiene sus reglas, aunque bien pueden reexaminarse o transgredirlas.
Eso que Ang Lee hizo en buena parte de su El increíble Hulk (2003), que fue mucho antes de que el universo Marvel se convirtiera en el cine en lo que es hoy, y que fue subvalorado por muchos, ahora lo consigue este Spider-Man.
Tal vez, precisamente por dos razones.
El público de ahora, como las frutas, ha “madurado” y hasta "macerado", y visto decenas de películas con superhéroes, en las que nada es ni por asomo parecido al cómic original. En la mayoría de los casos, porque esos espectadores no tuvieron en sus manos o ante sus ojos los cuadritos de los cómics. Y está más abierto a esta experiencia de ver una adaptación distinta.
Y por otro porque, sencillamente, el tratamiento visual es muy atractivo y atrapante.
Entre los clisés de los que se deshace y la aparente complejidad de los universos paralelos de los que provienen los 6 Spider-Man -está Peter Parker, adulto, pero el protagonista es Miles Morales, un adolescente de Brooklyn- se genera una empatía con los “seres arácnidos” que sin prejuicios es posible. Real.
Tanto como que probablemente muchas resoluciones visuales sólo puedan realizarse a través de la animación, y no de la combinación de actores con efectos digitales.
Miles tiene un padre policía, una madre enfermera y un tío cool, que es quien realmente lo entiende. Estando con él es que una araña radioactiva lo pica, y obtiene esos extraños poderes.
Pero no es el único. Y no está solo.
El héroe a su pesar se encuentra con que -alerta de spoiler, pero es la única manera de entender qué sucede en el filme- Peter Parker ha muerto, pero no. Hay como una versión “alternativa” de él, y otras cuatro más que los ayudarán a que el malvado Kingpin, que ha construido un Super colisionador, no se salga con la suya.
Quienes están detrás de todo son Phil Lord como coguionista y productor y Christopher Miller como productor (los responsables de La gran aventura Lego, y despedidos de Han Solo, el spin-off de Star Wars), y para ellos, cualquiera puede ser un superhéroe, estar detrás de la máscara.
Como tal, Spider-Man: Un nuevo universo es un homenaje al cómic que transmite la iconografía del mismo, hasta la textura, mixturando con la cultura pop, el uso de los colores brillantes u oscuros, los encuadres. Son analogías, hay como cuadritos con diálogos escritos…
En fin, no se guíen solamente por el tráiler. Zambúllanse a ver este Spider-Man si desean encontrarse con algo verdaderamente refrescante.