Spy es la segunda sátira del cine de James Bond que presenta el estudio Fox en este 2015, luego de El servicio secreto (Matthew Vaughn) que pudimos ver hace unos meses.
No esperen encontrar una gran comedia de acción de ese nivel porque este trabajo del director Paul Feig (Damas en guerra) es un film menor si lo comparamos con aquella producción.
En este caso la parodia al género de espionaje se centró en un personaje femenino que sigue la línea de lo que fueron hasta ahora todos y cada uno de los trabajos de Melissa McCarthy en el cine.
Es decir que el 95 por ciento de los chistes y las situaciones graciosas gira en torno a la obesidad de la protagonista y su capacidad para expresar numerosos insultos en pocos segundos.
Por ejemplo, Melissa se sube a una moto y enseguida se cae al piso debido a su peso y para un montón de gente resulta una escena desopilante. Algo similar a lo que ocurría en los ´90 con las comedias de Chris Farley que trabajaban el humor de la misma manera.
Es una lástima que la actriz siga estancada en estos roles, que son siempre iguales, porque es una artista talentosa que está para más. De hecho, los momentos más destacados de ella en Spy tienen lugar cuando su personaje atraviesa algunas situaciones dramáticas.
Pese a la injustificable duración de 120 minutos, es justo resaltar también que la película logra ser entretenida por el reparto reunido, donde sobresale especialmente Jason Statham con un rol diferente a los típicos héroes de acción que suele interpretar.
En esta película su labor se concentró principalmente en el humor y tiene muy buenos momentos a largo de la trama. Por lejos, lo mejor de esta producción. Statham resultó toda una revelación en esta historia y no va a ser raro si en el futuro explora con más continuidad esta faceta diferente que mostró en Spy.
El cineasta Paul Feig, quien hasta ahora se desempeñó en el género de la comedia, en esta oportunidad incursionó más en el cine de acción con un resultado pobre. Evidentemente tampoco pudo conseguir un director de segunda unidad decente, que son los profesionales que por lo general se dedican de desarrollar las secuencias de acción.
En este punto encontramos lo peor de este estreno.
Las escenas de persecuciones y tiroteos que brinda Spy son bastantes genéricas y sobresalen por un lamentable y bochornoso uso de los efectos digitales.
Este film es un ejemplo contundente de como el mal uso de la tecnología CGI generó que el cine se vuelva cada vez más berreta. Es inaceptable que en una producción de los estudios Fox los realizadores sean incapaces de filmar un tiroteo sin que la sangre sea generada por animación computada.
Hay una escena patética donde Melissa McCarthy atraviesa con un cuchillo la mano de otro personaje y los efectos especiales son tan malos que se nota claramente que el cuchillo y la mano herida son digitales. Lo mismo ocurre en otro momento donde un tipo cae al vacío desde un balcón y su cuerpo termina atravesado por un fierro. La cámara se enfoca en el cuerpo y es muy burdo que el fierro es digital porque parece un dibujo animado.
Si lo convocaban a Tom Savini con dos mangos hacía efectos especiales más realistas.
Reitero, Spy logra ser entretenida y la pasás bien si la ves gratis en un avión o una avant premiere, pero como comedia de acción es una propuesta que enseguida queda en el olvido a la salida del cine.