QUERIDOS MONSTRUOS: Aventuras animadas en stop motion
El estudio de animación que nos hizo llorar con Kubo, ahora se despacha con una comedia aventurera, recargada de humor y los mensajes correctos.
En un panorama cinematográfico donde los claros vencedores animados vienen de la mano de Disney, Pixar y algún minion colado, estudios como Aardman -responsables de “Wallace y Gromit”- o Laika intentan hacer una diferencia estética y pararse del lado de la resistencia con sus simpáticas aventuras ‘artesanales’ en stop motion. La compañía fundada, en principio, por Will Vinton y adquirida por Phil Knight arrancó produciendo comerciales, hasta que Travis Knight (hijo del dueño y animador) propuso la realización de largometrajes. Así nació la Laika que conocemos hoy en día, casa matriz de historias tan hermosas y oscuras como “Coraline y la Puerta Secreta” (Coraline, 2009), “ParaNorman” (2012), “Los Boxtrolls” (The Boxtrolls, 2014) y “Kubo y la Búsqueda Samurái” (Kubo and the Two Strings, 2016), todas nominadas al Oscar en la categoría de Mejor Película Animada y superadas por los estudio del ratón y la lamparita.
“Sr. Link” (Missing Link, 2019) es el quinto film de la compañía, una comedia aventurera pergeñada por Chris Butler, codirector de “ParaNorman”. Butler escribe y dirige este relato centrado en Sir Lionel Frost (voz de Hugh Jackman), un investigador de criaturas míticas muy entusiasta, deseoso de compartir sus ‘descubrimientos’ con los colegas de la “Sociedad de Grandes Hombres”, a la que ansía pertenecer. Frost es un playboy millonario en busca de reconocimiento y legitimación, cuyos extraños objetos de estudio (digamos cosas como Nessie o el Yeti) no están bien vistos por su rival y presidente de la asociación, Lord Piggot-Dunceby (Stephen Fry).
Corre el año 1886 y tras ser abandonado por su socio, Lionel recibe una carta que podría cambiar su situación, alertándolo sobre la presencia del Sasquatch (o pie grande) al Noroeste del Pacifico, allá en el Nuevo Mundo. Frost se sumerge en esta nueva aventura y hace un pacto con Piggot-Dunceby, garantizándole su bienvenida a la sociedad si logra conseguir las pruebas necesarias de la existencia de dicha criatura. Acuerdo que el Lord no está dispuesto a cumplir, así que contrata los servicios del despiadado Willard Stenk (Timothy Olyphant), violento cazarrecompensas que debe impedir el éxito de Frost.
Sin prisa, ni pausa y con todo su coraje a cuestas, Sir Lionel se embarca rumbo a los bosques de América del Norte donde todas sus sospechas se hacen realidad. El Sasquatch es tan real como el suelo que pisa, y hasta puede comunicare con la voz de Zach Galifianakis. Este Pie Grande bonachón y muy ingenuo fue el responsable de enviar la misiva a Frost ya que necesita de sus talentos. Mr. Link, apodado así por su descubridor (por lo de eslabón perdido) accede a convertirse en prueba si el investigador lo ayuda a reencontrarse con sus parientes más lejanos, los Yetis, escondidos del mundo en una ciudad secreta del Himalaya.
Conscientes de que Stenk está tras de ellos, la dupla se embarca en esta nueva misión, aunque necesita de un valioso mapa perteneciente a un colega que, ahora, está en poder de su viuda y ex enamorada de Frost, Adelina Fortnight (Zoe Saldana), quien termina convirtiéndose en la tercera pieza de esta historia. A partir de acá, el trío comienza una hilarante y peligrosa odisea que puede revelar lo mejor y lo peor de cada especie.
¿Quién es el monstruo?
“Sr. Link” es la más divertida (y menos lacrimógena) de las películas de Laika. Una aventura hecha y derecha recargada de gags y mucha comedia física, que entre su inocencia y sus chistes escatológicos esconde varios mensajes importantes sobre la identidad (después hablamos del verdadero nombre del Sr. Link) y el lugar de pertenencia, así también como la reticencia al cambio y el desarrollo social, acá concentrado en la figura de Piggot-Dunceby y su conservador punto de vista pro-imperialista, donde no se aceptan cuestionamientos que puedan alterar el statu quo.
Sí, “Sr. Link” sigue siendo una película para ‘chicos’, pero los grandes pueden salir de la sala con varias enseñanzas a cuestas. Como la mayoría de los largometrajes de Laika, este no carece de un poquito de oscuridad, relacionada a la naturaleza humana, esa que no siempre reconoce el valor de otros seres vivos. Frost será un tantito engreído y egocéntrico, pero su interés por las criaturas es puramente científico. Jamás se le ocurriría dañarlas, a diferencia de los ‘cazadores’ que conforman la esa “Sociedad de Grandes Hombres” a la que tanto anhela pertenecer.
Por lo demás, la historia de Butler es una pequeña obra maestra acompañada por la gran banda sonora de Carter Burwell (“Tres Anuncios por un Crimen”) y todas las destrezas de un equipo concentrado en cada mínimo detalle. Tal vez no tenga del impacto visual de “Kubo y la Búsqueda Samurái”, pero no se queda corta a la hora de sorprendernos con sus personajes y sus escenarios. Lástima que llega meses después de su estreno y sin el aparato marketinero de sus poderosas competidoras.