"Cordero con piel de lobo"
De que Bill Murray es uno de los grandes actores de nuestro tiempo, no hay duda. Lejos quedaron “Los Cazafantasmas” y “Saturday Night Live“, y ha demostrado más de una vez que puede lucirse en el drama; como en “Perdidos en Tokio“. Sin embargo, hacía mucho tiempo que este monstruo no tenía un papel tan memorable donde desenvolverse con tanta originalidad y soltura. El viejo cascarrabias, apostador y borracho probablemente es de los que mejor se le da. Sin embargo, es lo mejor de Murray en mucho tiempo.
El guión no es particularmente original. La historia de un viejo carbón que encuentra su humanidad cuando un niño entra en su vida, ya había sido visto en el cine. Se las arregla para crear un personaje con doble moral que nos deja identificarnos con él. Sabemos que lo que hace está mal, pero probablemente haríamos lo mismo. Bill Murray no es el único que brilla. El elenco femenino, conformado por Melissa McCarthy y Naomi Watts, también hacen de las suyas. Y es que ambas salen de sus zonas de confort y muestran un costado totalmente nuevo.
A Melissa McCarthy la conocemos como una actriz de comedia, últimamente cómo una de las protagonistas de la serie “Mike and Molly“. Y sin embargo ahora la vemos en el extremo opuesto. Sin perder esa ocurrencia que siempre nos hará reír, interpreta a una madre divorciada que trabaja demasiado y vive con miedo constante a que su ex esposo le quite la custodia de su hijo. Por otro lado, a Naomi Watts solemos verla en papeles de mujer que sufre, pero aquí es una prostituta embarazadísima que se la pasa a los insultos. Y hace un trabajo genial como el descargo cómico del cuarteto protagonista.
Y eso nos lleva a mencionar al pequeño actor que hace que Vincent sea más humano, Jaeden Lieberher, que interpreta a Oliver. Con mucho tiempo en pantalla, resulta correcto para ser el otro costado de Bill Murray. Su arco argumental es algo típico, sin grandes sorpresas, muy parecido a otros papeles del estilo. No es que haya en Hollywood grandes papeles para pequeños actores ¿no? Pero en fin, brinda esa ternura que activa a Murray como si fuera su propio abuelo, aunque tampoco lo es en la ficción: es sólo su niñero.
Y como el guión es bastante típico seguramente se preguntarán que diferencia a esta historia del resto de historias de redención que conocemos, pienso por ejemplo en “Elsa y Fred” sin ir más lejos, o “Mejor Imposible” con Jack Nicholson, o hasta “Up” de Disney. Y la diferencia está en las interpretaciones. Dicen que un guión de medio pelo interpretado en forma sublime, puede crear una gran obra. Y eso es lo que ocurre aquí. Conectamos con ellos, nos emocionamos; y si no se te pianta un lagrimón por el final, no tenés corazón.
Finalmente la historia es hermosa, los dos polos de Vincent y Oliver que forman un dúo simbiótico en el que sin darse cuenta, uno necesita del otro. Las dos protagonistas femeninas tienen la oportunidad única de hacer algo diferente, en especial McCarthy que fuera de la comedia y las caídas, nos llega a emocionar. Pero el plato fuerte es sin duda Bill Murray, un tipo que después de bastante tiempo ha vuelto a tener un papel en el que demuestra que es un genio.
Agustina Tajtelbaum