Que la fuerza nos siga acompañando...
Luego de haber dirigido el relanzamiento de la histórica saga de Star Wars con "El despertar de la Fuerza" y tras ser productor ejecutivo de "Los ültimos Jedi", J.J. Abrams vuelve a tomar las riendas de la última película de la saga, esta cinta que cierra muchos años de historia y nos revela el legado de la familia Skywalker.
A pesar de las críticas y polémicas que ha rodeado a las anteriores obras de la nueva trilogía, "El ascenso de Skywalker" tiene tantos aciertos como errores. Rian Johnson había querido abrir nuevos caminos para esta aventura en "Los últimos Jedi", pero Abrams decidió no prestarle mucha profundidad y le dio un final a la historia ofreciéndole un poco a "todos" lo que esperan sin asumir riesgos. Homenajes, clímax épicos, revelaciones, regresos, antiguos personajes y el protagonismo de los nuevos.
La primera parte de la película no da lugar ni tiempo para el análisis: en un montaje hiperdinámico las escenas se suceden unas a otras derrochando acción, efectos especiales de punta y cumpliendo misiones para enfrentar a la Primera Orden o morir en el intento; pero dando ciertas explicaciones para que la narración tenga sentido, ya que la cinta de Johnson ofrecía más preguntas que respuestas. La química entre Rey (Daisy Ridley), Poe (Oscar Isaac) y Finn (John Boyega) funciona y fluye entre las peleas y el humor -aunque algunas de las bromas están prefabricadas con el sello Disney-.
Hay que señalar la relación entre la chatarrera y Kaylo Ren (Adam Driver), uno de los atractivos más altos de la nueva trilogía. Y en este punto destacamos a Driver: si las actuaciones en el universo de películas de Star Wars nunca fueron de lo más destacadas, el actor de films como "Paterson" e "Historia de un matrimonio" rompe con esa tendencia y dota a su personaje, el sucesor de Darth Vader, de emociones de todo tipo que reflejan una lucha interna similar pero más virulenta que la de la heroína actual.
Quizás el mayor problema de "El ascenso de Skywalker" sea su intención de subsanar todo lo que se había realizado en el Episodio VIII, pero hay que admitir que el último tercio de la película es deslumbrante y nos lleva a un tono que quiere "volver a la fuente". Debo admitir que algunas apariciones de los legendarios personajes -físicas y no- me han emocionado mientras que otras pasaron sin pena ni gloria.
Es interesante pensar qué es lo que ha quedado después de estas tres nuevas películas de una saga histórica, que nació a fines de los ´70 y atrapó a generaciones. Las originales eran arriesgadas, no tenían fórmulas escritas e innovaban en varios aspectos. En las precuelas del nuevo milenio, George Lucas creó productos irregulares pero tan suyos que mantenían una esencia. Ahora, luego de que Disney se hiciera con su creación, y a pesar de que todo luzca prefabricado, los que amamos "Star Wars" nos quedamos con el encanto de descubrir. Ya sea un nuevo planeta, nuevas formas de vida, droides y seguir a un grupo de héroes imperfectos con una meta en común, todo hilvanado por la emoción de escuchar la banda sonora del maestro John Williams.
Puntaje: 6/10
Por Federico Perez Vecchio