El episodio que promete poner fin a la saga de los Skywalker por fín está entre nosotros. "Star Wars: Episodio IX: El ascenso de Skywalker", de J.J. Abrams recupera bastante de la magia que se creía perdida y lleva el asunto a un ¿final? feliz. Antes de seguir, voy a hacer una aclaración fundamental. Este texto está escrito por un fanático (y como todo fanático, incondicional) de Star Wars.
No pretendan en esta oportunidad objetividad porque me resultaría imposible, más allá de tratar de controlar mi emoción tribunera a la hora de escribir. ¿Con cuántas películas, o mejor dicho sagas, hay posibilidades de encontrarse con una aclaración como la que hice en el párrafo anterior? Star Wars tiene la mística de ser una saga que atraviesa generaciones.
Se mantiene en plena vigencia hace más de cuarenta años, y su hype a veces descansa, pero nunca se muere Vamos rápido. Hasta 1999 se mantuvo casi como una trilogía sagrada e intocable, hiper respetada hasta por los medios que excepcionalmente ni siquiera la transmitían con regularidad en televisión, ni contaba con tantas ediciones en video. A partir la segunda trilogía, precuelas, ese cascarón comenzó a romperse; y con la llegada de la adquisición de la franquicia por Disney, lo que se logró fue una “popularización” de eso que antes se veía como especial.
Disney nos invadió de Star Wars, con los pro y los contra del caso. Por un lado, tenemos más y más para nuestros gustos, y en abanico muy amplio y expandido.
También significa que cuando algo deja de ser sagrado, algo lo mancha. Todo venía más o menos bien hasta que en 2017 se estrenó "Star Wars: Episodio VIII: El último Jedi". A partir de entonces, haya gustado o no la película, las aguas se dividieron fuertes, y todo se desmoronó para el estreno de "Solo", a la que prácticamente no le dieron chance (y deberían, es excelente).
El paso de Ryan Johnson por la franquicia movió el avispero, básicamente porque cambió partes esenciales de la franquicia; cosas que uno creía intocables. Como los fan y, básicamente, la taquilla hablan; "Star Wars: Episodio IX: El último Skywalker" viene precedida por todo el peso de tener que mejorar lo que sucedió hace dos años, con bastante desconfianza por un sector grande.
Por suerte, el nombre clave está de regreso como en 2015. J.J. Abrams, uno de los directores que mejor entiende el cine de aventuras en la actualidad; y el resultado es digno de esa categorización.
Sí El último Jedi buscaba complejizar el espíritu aportando sensaciones nuevas, y cambiando el tono de raíz; "El ascenso de Skywalker" intenta llevar las cosas hacia donde estaban, priorizar la aventura clásica, centrarse en la época, hacerle guiños a la nostalgia, y traer algo de la inocencia peplum que siempre caracterizó a Star Wars. En su anterior paso por la franquicia, con "Star Wars: Episodio VII: El despertar de la fuerza", Abrams había dejado bases sólidas para continuar explorando.
Más allá de los que dicen que es un reboot de Episodio IV, los pilares de un “nueva” historia estaban sembrados. Los mismos que Johnson en el episodio siguiente decidió dirigir hacia otro lado. Abrams se las ingenia para, lógicamente sin ningunear lo que sucedió, tomar los hechos de su antecesora, y encausarlos hacia un espíritu similar a lo que originalmente se tenía planeado. Sí, los parches se notan, digamos que se hizo lo que pudo. Tómenlo o déjenlo.
De la historia no conviene contar demasiado. Simplemente que sigue la historia de la búsqueda personal de Rey (Daisy Ridley) tratando de lidiar con sus orígenes y enfrentando lo que cree puede ser un oscuro destino. En la vereda contraria, Kylo Ren (Adam Driver) que trata de imponerse como líder y le es asignada la misión de aniquilar a Rey, a la cual tratará de manipular con fines que no diremos por acá.
La química entre Ridley y Driver es un pilar fuerte del film, y se nota más fortalecida que en las entregas anteriores. Individualmente, Ridley es algo más convincente que un Driver que no puede dejar de recurrir al puchero. Las fuerzas del nuevo Imperio se están despertando y planean ataques masivos a varios planetas para desestabilizar el orden.
La rebelión a cargo de Leia (Carrie Fisher en un CGI casi impecable) debe impedirlo, y para eso, deben descubrir la ubicación de la nueva base imperial en un desconocido planeta llamado Exogol. Finn (John Boyega) y Poe (Oscar Isaacs) recuperan el protagonismo perdido, y junto a Rey forman un trío aventurero muy sólido, acompañados por Chewbacca y C3PO que vuelve a estar en su mejor forma (se lo extraña un poco a R2D2 que participa bastante menos).
Hay también droide simpático nuevo D-O de forma simple y casera (¡como para hacer el muñequito en casa!), además del ya clásico BB8. Hay nuevos personajes, regreso de antiguos, y un ritmo que, sin apurar las cosas, ofrece aventura constante. Boyega e Isaacs tienen el carisma necesario para hacer crecer sus personajes en tándem, funcionan muy bien como dúo.
Entre los nuevos, Zorii Bliss, una cazarecompensas enmascarada, interpretada por Keri Russell, es quien más destaca, y queremos más de ella. Sí, si El despertar de la Fuerza era Una Nueva Esperanza, y El último Jedi era El Imperio Contraataca, los cultores de esa teoría pueden ver en "El ascenso de Skywalker" a "El regreso del Jedi".
Como en aquella, abunda la aventura terrestre, hay que dirigirse a un planeta desconocido, impedir un ataque, y se dirimen los orígenes de los personajes. Hasta se permite “reírse” de esa teoría con un regreso que algunos pedíamos… y otros no. Hay mucho para recordar, y es que Abrams apunta a que los fans se sientan cómodos; pero también le da de comer a las nuevas generaciones.
Se abren puertas a futuro, se presentan nuevos e interesantes personajes, y hay alguna vuelta de tuerca para celebrar. Es llamativo y celebratorio un clima de terror espacial gótico, entre "Alien" y "Event Horizon", inédito en la saga, que implanta Abrams, y diferencia, para bien. "El ascenso de Skywalker" toma varias decisiones que nuevamente dividirán las aguas.
Pueden ser polémicas para los fans. Hechos algo abruptos, cambios ¿inesperados?, algunas cosas que salen de la galera (el clásico Deux ex Machina).
Pero siendo sinceros, Star Wars siempre se caracterizó por una lógica interna en donde las sorpresas constantes pueden ocurrir, son parte de la magia de una saga pensada para el más puro entretenimiento. Otro dato positivo es el regreso de un humor clásico, alejado de la modernidad videoclipero, de sitcom o film de superhéroes actúa. Ese humor más simple, inocente, y efectivo vuelve de la mano de un C3PO que nos recuerda por qué lo amamos.
En equilibrio con el humor, sobran los momentos emotivos, para fans y para los que están siguiendo la historia como nóveles. Todo envuelto en un gran halo de épica que abrazamos felices.
"Star Wars: Episodio IX: El ascenso de Skywalker" puede no ser perfecta, pero es un más que digno final luego de las dudas que se nos habían planteado. Abrams sabe entregar lo que estábamos buscando, y dentro de sus posibilidades, recupera la magia como si la tormenta no hubiese sucedido. Podemos aplaudir, reír, y llorar, y aferrarnos a la butaca. Celebremos, la Fuerza aún está viva.