El despertar de la fuerza: Dialéctica del amo y el esclavo
En este texto no hay spoilers de ningún tipo
El día llegó. Star Wars vuelve a los cines, está vez de la mano de J.J. Abrams y hacía rato que no se vivía así la previa de un estreno. Después de ver cada tráiler centenares de veces y revisar una y otra vez los posters buscando símbolos ocultos que nos cuenten un poco más, lo único que faltaba era ver la obra para saber si realmente estaba a la altura del hecho histórico. Amigos, ahora puedo afirmarles que la nueva Star Wars es increíble.
Star_Wars_VII_EntradaVoy a empezar desde la superficie. J.J. Abrams filma mejor que Lucas, punto. Negar ese hecho por admiración hacia el creador de este universo sería ilógico. Abrams pone la cámara en lugares que Lucas jamás imagino, organiza el relato con un ritmo que por momentos le resulta ajeno a la saga y no detiene nunca la acción, ni siquiera ante el humor o la presentación de los personajes. El guión de Star Wars: El Despertar de la Fuerza (Star Wars: Episode VII – The Force Awakens) es hermoso. Organiza las referencias y aprovecha el universo autónomo dado para contar la nueva historia sin perder de vista que la película tiene que funcionar también para los que la van a usar de puerta de ingreso a la saga. Esa consciencia atraviesa todo el film y está apoyada en un amor inmenso a los nuevos personajes. La narración es excepcional, Abrams digita cada fibra emocional del espectador a su antojo y le imprime un grado de acción al que los fanáticos sólo se habían podido acercar por medio de los videojuegos basados en el universo de Lucas.
Otra duda que traía el cambio de director era como iban a relacionarse las temáticas de este film con los demás dado que todos deben seguir una curva única cuando se estrene el Episodio IX. Episodio I, II y III transferían el camino del héroe de Luke a Anakin y ahí radica la potencia de ver hoy en día el arco desde La Amenaza Fantasma hasta El Retorno del Jedi. ¿Qué más podía esperarse que aporte una nueva trilogía? Lo trágico, en el sentido más griego de la palabra. El Despertar de la Fuerza demuestra que el error de Anakin pesa sobre todo el linaje Skywalker y que una suerte de destino trágico acecha a los que portan el apellido. Como si se tratara de Moiras griegas este destino parece no detenerse ante nada y nada parece satisfacerlo del todo.
Star Wars: El Despertar de la Fuerza no se parece a nada que haya realizado el director antes ni a ninguna otra de la saga.
La séptima parte de la saga no sólo es oscura sino que además es dulcemente trágica, porque algunos errores parecen desequilibrar demasiado la Fuerza y está parece alterarse para siempre. Es trágica, además, porque al vencer al Imperio se instaura una República que pronto se va a corromper y a convertir nuevamente en Imperio en un bucle en donde la Resistencia deviene en lugar funcional para el poder. En esta estructura hegeliana, la paz, es sólo la parte aburrida entre el episodio VI y el VII en donde hasta la Fuerza se quedó dormida. La vida es un poco eso, un poco una mierda, y Abrams prefiere estetizar esa amargura para que resulte catártica en lugar de apelar al escapismo.
Siempre encontré similitudes en las posturas de los dos films de Star Trek del director con su serie Fringe, tanto en lo estético como en la visión de mundo. Sin embargo Star Wars difícilmente encuentre referencias posibles en productos anteriores de Abrams y también parece junto a Super 8 uno en los cuales se lo nota paradójicamente más libre. Esperemos en este sentido que tome con el mismo empuje las próximas y que los spin-off no arruinen esto que en primera instancia parece, va a ser muy grande.
Hay mucho que hablar sobre esta nueva entrega pero no es mi intensión arruinar la experiencia de nadie usando spoilers.
La nueva trilogía no pudo haber arrancado mejor, se abandonó el regocijo a la burocracia sin perder la veta política, se presentaron nuevos personajes con interesantes texturas emotivas, se volvió a las raíces pero desde una perspectiva novedosa, tiene todo lo que el fanático busca y creo no equivocarme en afirmar que además tiene todo lo necesario para crear nuevas hordas de fanáticos. Gracias Star Wars, gracias J.J. Abrams, gracias cine.