Volvió la magia de "Star Wars"
Treinta años después de la Batalla de Endor, la galaxia no ha podido acabar con la tiranía y la opresión. La Alianza Rebelde se ha transformado en la `Resistencia` y combaten los restos del Imperio, ahora renombrado como la `Primera Orden`. “El despertar de la fuerza” entretiene de principio a fin, sin falencias, con humor, acción y un gran guión.
Pantalla en negro, logo de LucasFilm (franquicia creada por George Lucas, hoy de Walt Disney Company) y la clásica frase: “Hace mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana...”. Comienza a sonar el tema principal de “Star Wars”, que también hace su aparición en forma de logo, con fondo espacial. Casi imposible no emocionarse con esa sinfonía llena de vientos, tan épica y presagio de una nueva aventura espacial.
Treinta años pasaron desde los sucesos que vimos en “El retorno del Jedi”. La lucha entre el bien el mal continúa, y con los caballeros Jedi extintos y considerados tan sólo “un mito”, lo que antes era el Imperio ahora es llamado la Primera Orden y lo único que sobrevive de esas batallas pasadas es el lado oscuro de la fuerza.
La princesa Leia (Carrie Fisher) -ahora general del ejército de la Resistencia- envía a su mejor piloto, Poe Domaron (Oscar Isaac) a buscar un mapa con la ubicación de Luke Skywalker (Mark Hamill), de paradero desconocido y alejado de todo, tras un grave incidente del que se siente culpable. El piloto es buscado por el misterioso Kylo Ren (Adam Driver), un ex aprendiz de Jedi que se pasó al lado oscuro (como le pasó a Annakin- Darth Vader) y que luce una máscara y atuendo similar al que lucía el gran villano de la saga. “Terminaré lo que él empezó”, dice, enojado cuando su alma malévola se ve permeada por el lado luminoso, lo que nos puede hacer adivinar qué tipo de genes tiene. Mucho pasará en el camino, y por supuesto aparecerán Han Solo (Harrison Ford) y su fiel ladero Chewbacca, parte del equipo que luchará para que triunfe el bien sobre el mal.
Todos conformes
El director J.J Abrams se confesó fan de la saga y, respetando la ortodoxia de “Star Wars” (si hablamos de fanatismo existe dogma, queramos o no) realizó un filme que tiene todo lo que a él y a los millones de seguidores alrededor del mundo le gustaría ver. O, mejor dicho, que deben verse en una película de la “Guerra de las Galaxias”. Con una duración que apenas sobrepasa las dos horas, “El despertar de la fuerza” entretiene de principio a fin, sin falencias, con humor, acción y un gran guión -todo esto más destacado si recordamos los episodios solemnes I, II y III-. Otro acierto de la producción fue quitar de las publicidades el número VI, para incluir a aquella gente que, aún no tan empapada en la historia, pueda disfrutar el largometraje de igual manera. Fuerte en el relato, efectos especiales a la altura de las circunstancias, entretenimiento inocente y la épica correspondiente, dejan como resultado una obra exacta, sin falencias.