No crecí contemporáneo a la trilogía original creada por George Lucas. Vi de costado, y no tan conscientemente, la aparición de esas criaturas de laboratorio que son las precuelas y fui uno de los que se resignó a que todo tiempo pasado fue mejor. Desde el 2015, con la aparición de The Force Awakens y después con Rogue One, fuimos testigos del renacer de la saga y, por sobre todas las cosas, del sentido de pertenencia que genera Star Wars, así como también de un cambio de paradigma en el universo estrictamente canónico de la franquicia.