El hombre detrás de la máquina
Fuera del radio de los Estados Unidos, la figura de Steve Jobs ha causado más sensación luego de su muerte que mientras estaba vivo. Quizás fue la mistificación que se le ha querido agregar a su existencia lo que llevó a que este genio del marketing y la innovación se haya convertido en un ejemplo para la sociedad moderna.
Intentando traer un poco más de realidad a esta cuestión, la película homónima dirigida por Danny Boyle exhibe el lado más humano de Jobs, presentándolo en tres eventos importantes de su carrera dentro de los cuales se mezclarán no sólo su labor en el ámbito tecnológico sino también su vida personal.
Apelando al diálogo constante, casi sin pausas durante todo el metraje, Boyle intenta reconstruir la estructura del creador de Apple sin ataduras ni tapujos. Exhibe claramente cómo era su pensamiento, su pedantería, su meticulosidad, en definitiva, su personalidad, de manera cruda y adulta, diferenciándose abismalmente del film que protagonizara Ashton Kutcher (Jobs, 2013) que al lado de esta producción queda como un humilde trabajo dirigido al ambiente televisivo, muy simplón y naif.
La base para que este esqueleto se mantenga en pie en el ritmo que impone el director se encuentra en las actuaciones, principalmente en la destacada labor de Michael Fassbender, tarea que le ha valido la nominación a los Globos de Oro 2016 como mejor actor en drama, el cual no se preocupó tanto por reconstruir físicamente a Jobs (como lo hizo Kutcher) sino que buscó apuntar a su personalidad, logrando un enriquecimiento del personaje.
También resulta primordial la labor de Kate Winslet (también nominada a los Globo de Oro 2016 como mejor actriz de reparto en drama), representando a la fiel ayudante de Steve, en la cual la actriz logra ser un complemento perfecto para la vertiginosa personificación de Jobs, interpretando un personaje querible y agradable dentro de este lado oscuro que se exhibe del empresario tecnológico.
Para quien no conoce quién fue o qué hizo Steve Jobs, este largometraje será un buen acto introductorio pero no definitivo. El tipo de relato fragmentado elegido no permite conocer en amplitud varios momentos de su historia y de su tarea como innovador, debiéndose dirigir a otros trabajos para terminar de saber sobre la vida de este personaje. A pesar de esto, Steve Jobs es potente, vertiginosa, muy bien filmada y dirigida; a la cual hay que seguirle el ritmo para que al final se logre comprender un poco más la psiquis del hombre detrás de la máquina. Un genio, sí. Un ejemplo de ser humano, de ninguna manera.