La nueva película sobre la vida de Steve Jobs recrea al héroe detrás de las bambalinas de las presentaciones que de apoco cambiaron al mundo. Danny Boyle (Trance, 2013) es el director encargado de traer a la vida al nerd de la manzanita con un guion impecable que tuvo ayuda de Aaron Sorkin (The Social Network).
Existen figuras de tal importancia para el mundo entero que es complicado y hasta difícil encerrar toda su esencia en una película de 122 minutos. Pero, por suerte, Steve Jobs cumple a la perfección lo necesario para hacer entender al público quién era el genio detrás de Apple.
Steve Jobs no cumple con los requisitos básicos de las biopics, sino que recrea la vida de Jobs en tres pasos, tres momentos. ¿Quién es Steve Jobs? ¿Qué problemas lo atormentan? ¿Es un genio o un manipulador? Con una personalidad un poco temperamental, paso a paso se entrevee que Jobs, interpretado por Michael Fassbender, sufre problemas como cualquier otro tipo de persona, más que nada en su rol de padre, dado que no quiere reconocer a su hija Lisa (Perla Haney-Jardine) o en su propia relación con su progenitor. El pasado lo “atormenta” transformado en su ex mejor amigo, Steve Wozniak (Seth Rogen), quien aparece para remarcarle una y otra vez cuales fueron sus orígenes: aquel garaje y la Apple II, el primer ordenador creado por ambos. Por otro lado está su relación con Apple: la creación que en un momento superó a su inventor.
En el comienzo, el espectador se encuentra en 1984, antes de la presentación de la Macintosh, el nuevo ordenador que incluía mouse y otra variedad de novedades para la época. Jobs, preocupado por el lanzamiento, tiene que lidiar con su hija no reconocida así como también con Wozniak y John Sculley (Jeff Daniels), el CEO de Apple. Por otro lado, se muestra el costado más íntimo de Jobs en su relación con Johanna Hoffman, interpretada por Kate Winslet. Se trata de su único cable a tierra, y los actores conforman un dúo perfecto.
El guionista Aaron Sorkin se las arregla para crear diálogos fluidos y hasta bromas inteligentes. La base está en la biografía autorizada Steve Jobs (2011), escrita por Walter Isaacson. Fassbender recrea a un Jobs, inteligente, rápido, sin sentimientos: el visionario imparable, alguien que se levanta y vuelve, el ganador. No se aparenta en nada a Asthon Kutcher en Jobs (Joshua Michael Stern, 2013).
Una biopic para nada convencional donde la recreación de Steve Jobs es fresca. No hay abuso de flashbacks, es solo un recurso, mientras que las actuaciones y la banda de sonido, a cargo de Daniel Pemberton, se roban la película y se llevan todos los aplausos.