El director Danny Boyle entrega una relato menos lavado que el estrenado en 2013 y echa luces y sombras sobre el polémico cofundador de Apple. Sobresalen Michael Fassbender y Kate Winslet.
Si Jobs -2013-, protagonizada por Ashton Kutcher mostraba al cofundador de Apple como un joven rebelde, hippie y soñador, el director Danny Boyle echa luz sobre su faceta más brillante pero también oscura del personaje central interpretado ahora por Michael Fassbender, visto recientemente en Macbeth. También su genio y figura quedó capturada en Steve Jobs: The Man in the Machine, el documental dirigido por Alex Gibney.
Escrita por el ganador del Oscar, Aaron Sorkin -La red social-, la película cuenta momentos claves en la vida de Jobs antes de la presentación de sus productos y ante un auditorio colmado. Steve Jobs nos traslada detrás de los bastidores de la revolución digital, durante el lanzamiento de tres productos icónicos y termina en 1998 con la inauguración de la iMac. No todo lo que brilla es oro, y el espectador verá además los conflictos que tuvo con la gente que lo rodeaba, desde asistentes, empleados y hasta su mujer y su hija, en los minutos previos a las presentaciones en sociedad de sus amadas criaturas.
A pesar de su extensiòn de dos horas, el film de Boyle resulta un atractivo retrato del hombre que cautivó a multitudes por su legado y por la manera en que el cineasta lo plasma en imágenes. Boyle aprovecha la tensión de los diálogos y los escenarios -las paredes de un largo corredor- para imprimir imágenes vertiginosas y un archivo previo a las inauguraciones de sus productos, con el respaldo de una banda sonora que potencia los climas previos.
Su lenguaje cautiva y seduce a través de una historia que no deja puntas sueltas ni juzga al personaje. En lo que respecta a las actuaciones, Fassbender, candidato casi obligado a llevarse el premio Oscar en la próxima edición, entrega a un personaje tan amado como cuestionado por su accionar, incluso en su ámbito familiar. También sobresalen Kate Winslet como su mano derecha, la única mujer capaz de enfrentarlo y que conoce su "talón de Aquiles", además de Jeff Daniels como John Sculley y Seth Rogen en la piel de Steve Wozniak, el hombre que siempre mira y cuestiona desde la platea.
Entre pasado y presente, el film hace referencia al creador de la computación Alan Turing -recreado en la magnífica El código enigma- y sobresale la escena del encuentro con su hija adolescente que lleva un walkman. "Pronto llegará el día en que todas esas canciones no necesiten de cassettes. Sé como hacerlo".