El director de “Dulce de leche”, Mariano Galperin, dirige un documental en blanco y negro, surrealista por momentos como su título sugiere, enfocado en el músico Daniel Melingo.
De gira por Europa, el director muestra al músico desde diferentes ángulos, en situaciones más cotidianas, algunas más lúdicas, permitiéndonos ser testigos no sólo de lo que hace, sino también de lo que piensa, todo esto último retratado de manera poética.
La película a la que su director define como “es un viaje” es en efecto una especie de road movie musical, un producto extraño, por momentos cautivantes, pero que no se puede evitar sentir que le falta un esqueleto, algo que conecte todo lo que nos cuenta de un modo un poco más preciso, es decir, con sentido. A simple vista, Su Realidad no es más que un rejunte de escenas, de momentos, en la vida y gira de Melingo, con cierto toque de comedia.
No hay dudas de que es un documental inspirado, pero no termina de cuajar, de cerrar, de redondear una idea. Melingo es un personaje y lleva él todo el relato de manera algo excéntrica, claro. El juego de palabras del título ayuda a definir la película, y el juego ambiguo al que se presta.
Incluso hay una escena curiosa en la que se fusionan “Canción para mi muerte” con la marcha peronista, algo que suena surreal pero de repente se torna real.
Un film sin dudas inspirado y que funciona como peculiar retrato del mundo del rock, pero que da la sensación que se termina quedando corto en sus ideas y si bien se destaca desde todo lo estético, con un guión que se mueve entre lo que se ve y lo que no se ve, o mejor dicho, lo que está y lo que no lo está, Su Realidad es una propuesta documental interesante aunque no termine de despegar como se esperaba.