La vejez es un arte, sólo hay que saber captarla
Hay ciertos hombres que son una persona específica pero que parecen llevar consigo a cientos de otras vidas en la suya. La historia de Tadeo, es única, llamativa y simple a la vez. Este hombre no es un héroe, tampoco lo son ni fueron muchos abuelos, pero ¿quién no pensó alguna vez que ese espacio tendría que habérseles dado realmente? La vejez hace que las historias comunes pasen a ser proezas, por la distancia, por la idealización, por ese espacio de imaginación, que por suerte, los mayores se atreven a usar.
Más allá de la historia que vive Tadeo, las formas en las que llega esa información son las que hacen que tome vigor y fuerza. El entorno de un anciano que empieza a recordar lo que vivió y sufre los achaques de la edad aparece narrado con un tono intimista. Desde la música, los lugares recurrentes y las costumbres, se empieza a conocer a Tadeo. La historia contada por su propia voz no es muy recurrente en el film, no son muchos los momentos en los que él mismo se expone. La mayor parte de la información a la que accedemos está dada por momentos en los que él recuerda su pasado.
Subte-Polska se nutre de elementos del teatro para construir el relato. La aparición de recuerdos por momentos es clara y por otros está dada de manera onírica. En estas últimas es donde podemos encontrar actuaciones más exageradas y miradas congeladas, técnicas más utilizadas en el teatro, muchas veces, para lograr llamar la atención del espectador y darle entidad a la escena.
Los recuerdos toman dentro de su forma onírica un espacio de reflexión que se mezcla con melancolía. Estos momentos parecen darle lugar a que el personaje se permita repensarse. Dada la edad del protagonista, el recuento de su vida forma parte también de un análisis de lo que ha hecho bien y lo que no.
Dentro de los elementos que le dan fuerza al relato podemos encontrar la valoración que se le otorga a esos pequeños momentos de humor que se dan por el simple hecho de la impunidad de la vejez. Todo encuentra un sentido de comicidad cuando ya pasamos cierta edad, sólo hay que saber captarlo, desde la virilidad que Tadeo reclama hasta las conversaciones que mantiene con su pareja y sus amigos. Por suerte, Alejandro Magnone logra congelar momentos comunes que consiguen tener trascendencia. Una de las escenas más logradas es la conversación que entabla Tadeo con su viejo amigo “el Tano” (Miguel Angel Solá). Es el ejemplo ideal de una conversación que no tiene trascendencia en información, pero maneja un relato impecable. Manteniendo el humor como base, los tabú, la coherencia, el buen gusto y la vergüenza se tiran a un tacho. Son momentos que hacen reflexionar sobre el sinsentido de todo lo aprendido de cómo se debe ser. Las onomatopeyas toman un lugar primordial, dándole un tono de vida por sobre lo que se pueda expresar de ella.
Subte-Polska logra hacer de una historia simple y distante, la Historia de un héroe y un amigo. Aunque por momentos le falta fuerza, son valorables los detalles que el director logra tomar de pequeñas escenas para forjar un sentido mayor y global.