Lo importante es la familia… del heavy metal
El documental de Lucas Calabró y Paula Alvarez es un intenso recorrido por la historia del heavy metal en el país durante las últimas tres o cuatro décadas, que se centra en la figura de Ricardo Iorio, una de las piezas fundamentales del género en Argentina (aunque los demás personajes tengan cosas que contar, indirectamente siempre se vuelve al líder de Almafuerte), junto a un espacio de mitificación fuerte para Pappo.
Sucio y desprolijo: el heavy metal en Argentina comienza con los pioneros del rock nacional, y se habla de Manal y El Reloj como bandas de un rock más duro que fue lo más cercano a este movimiento en la década del 70. Los primeros dos que realmente tuvieron sonido e imagen de heavy metaleros fueron Riff y V8. Y un tema fundamental en ese recorte es la rabia que esa generación tenía en sus letras: Destrucción fue el título de una de las canciones más emblemáticas del período.
Dentro de un obsesivo trabajo de investigación, se sigue la relación que tuvieron con la violencia, principalmente en las décadas del 80 y 90, algunas veces demasiado direccionada por los medios, otras por el mismo público que acrecentaba las diferencias de gustos con respecto a qué es heavy metal y qué no. El cambio de mentalidad de buena parte del público que se dio a fines de los 90, permitió que los padres puedan volver con sus hijos a los recitales, reforzando esa idea de familia que el documental potencia. Hay pequeños apartados muy interesantes, uno es la falta de mujeres en el género, que muchas veces se debió a esa imagen machista que se mostraba hacia afuera, aunque por suerte cambió mucho en los últimos años, como comenta Silvina Harris.
Otro punto interesante es la tendencia a cerrarse como comunidad, lo que incrementa su sentido de pertenencia, pero a su vez los aísla un poco de otros públicos. Esta dicotomía se nota en las expresiones de algunos de los entrevistados y le da un aire sincero a este muy atractivo film.