En los últimos años el rock nacional pasó a tener un lugar entre los documentales argentinos. La cantidad de fanáticos y de personas amantes del rock en nuestro país siempre hizo que preguntáramos porque no era proporcional a la cantidad de películas relacionadas con esa temática. En los últimos tiempos y entre algunos que podemos recordar, en esta edición del BAFICI estuvo la película sobre Adicta, de la edición anterior recordamos “Relampago en la Oscuridad”, sobre el Beto Zamarbide; o también “Desacato a la Autoridad”, la película sobre el punk contada por Tomas Makaji y Patricia Pietrafesa (música de Kumbia Queers o She Devils); “Solo”, el film sobre el Bocha Sokol, “El rey del rocanrol, la leyenda de Pajarito Zaguri”, entre muchos otros. Todo esto en un corto tiempo de dos años.
Ahora volvemos sobre la temática del heavy metal para repasar su historia en el país en los últimos casi 35 años, Sucio y Desprolijo hace un repaso muy global sobre el movimiento metalero, en especial sobre sus bandas más populares y referentes más destacados.
A lo largo de dos horas, el film se divide en capítulos entre la cronología y el hincapié sobre algunas figuras como Ricardo Iorio o Pappo. Sucio y Desprolijo comienza abordando el tema de los orígenes del movimiento, a través de testimonios de periodistas, músicos y fanáticos, todos muy conocidos en el ambiente, como el Ruso Verea, Alejandro Nagy, César Fuentes Rodríguez, Andrés Violante, casi todos los grandes músicos del metal pesado argentino, y etc, etc, etc. Con un interesante material de archivo sobre el que se apoya para desarrollar muy bien su argumento, sin narrador, ni voz en off, todo contado en primera persona por los protagonistas de primera mano. El único apoyo visual, por fuera del archivo y los testimonios, son gráficas que muestran la línea temporal de las bandas que surgieron.
Como relato, el film no deja de lado las polémicas y reflexiones sobre el pasado, presente y futuro del heavy metal. No tiene pudor en exhibir las miserias de otros tiempos, como la famosa pelea entre “falso metal/careta” y el metal de verdad que estuvo muy arraigada en la cabeza de sus fans durante mucho tiempo. Por otro lado, muestra el panorama del ambiente actual, las influencias principales de otros momentos y también cierta preocupación sobre el futuro, por la falta de lugar para nuevos referentes en la música metalera.
Los cuatro años de producción de la película fueron suficientes para tomar de primera mano varios encuentros interesantes para filmar como, entre otros, el recital de reunión de v8 o algún homenaje a Pappo.
El film es casi obligatorio para cualquier escucha del heavy metal, pero también del rock. “Sucio y Desprolijo” no solamente está dedicado a los músicos, sino también tiene declaraciones de los grupos de fanáticos más conocidos del ambiente, que testifican las dificultades de otros momentos en el ambiente y su sentido de pertenencia. En muchas de esas anecdotas también se ve lo rico de la película, porque va a tono con lo que busca contar; el heavy metal no se trata solamente de un estilo musical, sino de un estilo de vida para una gran cantidad de fanáticos.