La imaginación al poder
La nueva creación del prolífico Zack Snyder cuenta con una poderosa artillería audiovisual que combina diferentes géneros y entrega un producto explosivo que pone su acento en la locura que genera el encierro de la protagonista.
Baby Doll (Emily Browning) es enviada a una institución mental por su padrastro, quien ordena que le hagan una lobotomía. Allí, ella imagina una realidad alternativa para escapar de su dolor, y debe recolectar cinco objetos para poder liberarse junto a sus compañeras, (entre ellas, Vanessa Hudgens, la ex High School Musical).
Mundo surreal:Sucker Punch coloca al director en un sitio de preferencia (y referencia) porque sus historias están narradas con precisión, ritmo y creatividad. Los inquietantes ángulos de cámara; la creación de climas pesadillescos (la llegada de la protagonista al instituto parece salida de un film de terror con castillo embrujado incluído); la utilización de la envolvente banda sonora con temas remixados de Madonna y Freddy Mercury; y la mezcla anacrónica de elementos, hacen del film una experiencia singular.
También resultaron un festín los trabajos anteriores de Snyder, 300 y Watchmen (aquí con alguna autoreferencia), y Sucker Punch: Mundo surreal se da el gusto de penetrar en la afiebrada mente de su joven protagonista, una internada devenida en guerrera (muy del estilo Kill Bill) y dispuesta a todo con tal de salir del sombrío lugar.
La trama depara al espectador muchas sorpresas, un frío director del instituto, una profesora (Carla Gugino) de danza muy exigente; un cocinero de temer y un universo paralelo habitado por dragones, ninjas, robots, chicas sexys, fusiles, espadas samurai y video clips. Una mezcla de relato bélico con video juego y aristas medievales que da siempre en el blanco.
El elenco se completa con Abbie Cornish, Jamie Chung, Jena Malone, las chicas sexys y de armas tomar. Y un contundente Scott Glenn, que las conduce siempre a la aventura.