Por las venas de Zack Snyder no corre sangre sino viñetas de cómics.
No deja de ser una paradoja graciosa que su primer proyecto personal, que no revisita un clásicos del cine (como lo hizo en la remake de El amanecer de los muertos) o adapta una historieta (300, Watchmen) parece inspirada por una loca e imaginativa novela gráfica.
Sucker Punch es un film que no acepta término medio. Hay gente que le va a encantar y buscarán disfrutarla de vuelta y otros que la odiarán y elegirán borrar el recuerdo de su mente.
En mi caso me gustó y celebro que el director presentó una fábula original y creativa que no te permite predecir lo que va a pasar en cada escena, porque cada momento te sorprende con una secuencia surrealista más loca que otra.
La película, en principio parecería que tomó como influencia el manga y el animé japonés, que brindó en el pasado historias de este estilo con guerreritas adolescentes e historias personales conflictuadas que le pateaban el culo a sus adversarios.
En lo personal rescato que el director brindó una experiencia visual distinta que se destaca por todo el despliegue de imaginación que Znyder plasmó en esta obra.
También hubo un manejo notable de la animación computada, donde supieron aplicarla en escenas de acción maravillosas, que no resultan artificiales como ocurrió con otros estrenos.
La trama es muy sencilla pero es su ejecución en la narración lo que convirtió a Sucker Punch en un film diferente.
Es importante destacar lo que hizo Snyder con la musicalización y la banda de sonido en general, que claramente se destaca entre los mejores trabajos que brindó el cine en el último tiempo.
El director rescató el concepto de la banda sonora como un complemento más de su narración, en lugar de usar la música para tapar baches de silencio.
Desde el cover de Eurythmics (“Sweet Dreams”) interpretado por la protagonista Emily Browning (Lemony Snicket), la música presenta clásicos de Jefferson Airplane y Queen, entre otras canciones, a cargo de artistas como Emiliana Torrini, Skunk Anansies y Bjork, responsable de “Army of me (Sucker Punch Remix)”.
Es claro que Moulin Rouge tuvo su influencia en esta película y supongo que no es casualidad que en la música incidental trabajara Marius De Vries, colaborador de Baz Lurhmann en aquel film.
Sucker Punch es un interesante historia de fantasía y acción, que tal vez no sea popular y entretenida para todo el mundo, pero para los que ya disfrutaron del cine de Snyder es un gran evento.
El relanzamiento de Superman en el cine no podía estar en mejores manos.