Sangre, sudor y lágrimas
Quienes desde hace algunos años venimos siguiendo el trabajo de la productora Paura Flics celebramos que por fin uno de sus trabajos haya sido apoyado por la industria y consiga estrenar en salas comerciales. Sudor frío (2010) sigue la línea estética y narrativa que los viene caracterizando desde sus inicios pero con una notaria mejoría en la visualidad del producto final, logrando un resultado que mantiene todos los cánones establecidos por el género de terror.
Un joven (Facundo Espinosa) busca con la ayuda de una amiga (Marina Glezer) a su novia (Camila Velasco) que “supuestamente” lo ha dejado para irse con otro muchacho que conoció vía chat. Dicha pista los lleva a una vieja casona en la que viven dos simpáticos pero maquiavélicos viejitos que en su pasado pertenecieron a la Triple A.
Adrián García Bogliano (Masacre esta noche, 2009) construye un film de terror propiamente dicho, y nunca mejor usada esta palabra para hablar de un género que a pesar de hacer furor en el mundo entero en Argentina muy pocos productores se han animado a explotarlo comercialmente, salvo excepciones como Visitante de invierno (Sergio Esquenazi, 2008). Con todos los elementos que este requiere se induce al espectador a una serie de emociones temerosas para someterlo a un nivel de ansiedad incontenible que le provocará inquietud, pánico y sobresalto. Síntomas a los que toda película que se precie ser de terror debería inducir.
Sudor frío mantiene las premisas marcadas anteriormente ero permitiéndose jugar con ciertos hechos y elementos que remiten a cultura popular argentina. El punto de partida del conflicto está relacionado personajes vinculados a la Triple A y la extraña desaparición de 25 cajas de dinamita. Sociológicamente se muestra como estos individuos que fueron participes en un momento histórico siguen actuando desde las sombras de la misma forma que lo hacían treinta años atrás, sin ningún tipo de condena moral y judicial.
Uno de los puntos más altos de Sudor frío es el tratamiento sonoro, no sólo en lo que se refiere a la mezcla de sonido y al plano en que lo ubican, sino a la utilización de la música que actúa como un protagonista más de la historia. La composición musical -de Facundo Espinosa- logra exacerbar el pánico en los momentos cruciales pero sin abusar de éste para manipular al espectador hacia los carriles buscados.
Desde lo visual el montaje fragmentado y veloz se permite jugar con la sangre, las vísceras y los cuerpos desnudos de las víctimas remarcando lo inverosímil de lo que estamos viendo. Diálogos, que en muchos casos rozan el absurdo –las escenas de celos cuando están a punto de morir- y situaciones bizarras que a pesar de lo gore no descuidan el humor, permiten jugar con los géneros para abrir un abanico de sensaciones que en el cine no deberían faltar y que el género de terror le permite abiertamente.
Con Sudor Frío Paura Flics llegó a las ligas mayores sin perder la identidad que supo mantener y mejorar a lo largo de los años. Hoy estrenan su primera película comercial que lograron gracias al esfuerzo conseguido con sangre, sudor y lágrimas. Siin perder ese estado ingenuo de honestidad e inocencia con la que concibieron allá por el año 2004 la magistral Habitaciones para turistas, nos ofrecen una magistral clase del mejor terror hecho en Argentina. Un logro para festejar y disfrutar.