Crítica: Sumergidos (Coma)
Fantasía y ciencia ficción rusa en el estreno de esta semana.
Lautaro Franchini
Aquí no habrá revolución rusa. Desde el país más extenso del mundo, el director Nikita Argunov presenta su nueva obra: “Sumergidos”. Una interesante película de ciencia ficción que desarrolla un gran argumento pero que falla en su relato. Clichés y semejanzas con otras cintas del género logran que los Fuegos de Octubre se apaguen. Por Lautaro Franchini.
“Koma“, el título original, refiere su traducción al estado comatoso, algo más relacionado y centrado con lo destacable del largometraje: su historia. Argunov crea un mundo multidimensional y surrealista en el que solo se puede acceder al sufrir un coma profundo. Su caracterización y la verdad detrás de esta realidad son los puntos más altos del film.
Pero del otro lado, su pálido guion y el inicio, nudo y desenlace, no alcanzan a cumplir las expectativas. El protagonista, un joven arquitecto (Milos Bikovic) que padece un accidente automovilístico y luego aparece en este lugar misterioso, en escasas horas pasa de no entender que ocurre a convertirse en “el elegido”.
El nuevo integrante del grupo irrumpe como una falsa promesa pero a la escena siguiente descubre sus fortalezas. Despierta la atención de su compañera y le declara la guerra a quien comanda el escuadrón. Tramas muy conocidos que carecen de fuerza narrativa.
La película, que podrá verse por las plataformas de Apple TV, iTunes o Google Play, se vuelve un atractivo film para degustar en nuestra propia realidad inimaginable: la cuarentena. No cumple con todos los parámetros, pero entretiene y se disfruta. Capaz, solo será una rebelión de la que ya hemos visto, leído o escuchado.
Puntaje: 40/100.
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