Una remake enmascarada
Inspirada en las películas que Abrams amaba y admiraba de adolescente, Super 8 cuenta la historia de un grupo de amigos y la aventura en la que se embarcan luego de ser testigos del dramático choque del tren.
Ambientada en los años 70, Super 8 cuenta la historia de un grupo de chicos que intentan terminar de filmar una película de zombies en un tranquilo pueblito de los EEUU. En plenas vacaciones de verano, los amigos deciden reunirse en la estación de trenes del lugar para rodar una escena fundamental. Aprovechando el “valor de producción” que les da la aparición de un tren, los chicos graban la escena. Lo que nunca imaginaron es que ese “valor de producción” iba a terminar descarrilando espectacularmente y que ese tren transportaba algo que cambiaría la vida de los habitantes del pueblo.
Aventuras para toda la familia, ese es el género que mejor define a Super 8. Dirigida y escrita por J.J. Abrams y producida por el flamante Steven Spielberg prometió ser una de las grandes películas del año 2011. Sin embargo, y debido a la condición de ser un confeso homenaje a las películas dirigidas y producidas por Spielberg en los 70/80 (Encuentros cercanos del tercer tipo, Los Goonies, ET) dista mucho de hacernos estallar en un aplauso final.
Es bueno aclarar que uno se sienta en su butaca y comienza a interesarse en el filme ya que los primeros actos son bastante interesantes. Una trama bastante bien explicada desde un principio y una vuelta de acontecimientos (el increíble descarrilamiento del tren militar) que lo pone expectante por lo que vendrá. Pero de ahí en más no hay mucho más que explicar, las cosas salen como deberían salir… un grupo de amigos en peligro, un monstruo amenazador, gente y cosas que desaparecen, un caso que resolver, el ejército que intenta cubrir todos los acontecimientos, una historia de amor y buenos efectos especiales. Si buscan explicaciones a muchas intrigas de la peli les cuento que se quedarán como los fanáticos de LOST… con muchas dudas (insignificantes para la trama tal vez, pero dudas al fin).
Un buen comienzo, con un desenlace al estilo “vivieron felices y comieron perdices”, predecible para este género cinematográfico.
Las actuaciones son destacables y la película puede ser calificada como “buena, linda y entretenida” ni mucho más, ni mucho menos…