"Nostalgia fantástica"
Los viejos tiempos siempre nos traen recuerdos. De allí vienen las anécdotas que se relatan en las reuniones con amigos, parientes u compañeros. A esto sumémosle también dos etapas de nuestras vidas como la infancia y por qué no también la adolescencia. ¿Cuál es el resultado? Historias dignas de ser recordadas y comentadas una y otra, y otra vez. ¿Por qué? Por que cada uno de los protagonistas tiene una versión distinta, con detalles que hacen a la historia mucho más atrapante y entretenida.
¿Alguien puede decir que esto no ocurre?
La última película del productor y guionista de televisión más exitoso de los últimos años, J.J. Abrams, es en pocas palabras imperdible y seguramente con el paso de los años quedara justificada su presencia en la vitrina de los grandes films de aventuras protagonizadas por niños.
Muchos críticos de prestigio adjudican esto al hecho de que Steven Spielberg se encuentra como productor de la peli, lo cual a mi parecer no favorece y si perjudica en menor medida al film.
Si bien Abrams se canso de repetir que sus influencias para realizar este trabajo fueron “E.T” y “Encuentros cercanos del tercer tipo” (dos de los mayores éxitos que logró Spielberg en su carrera) no hay que perder la brújula; el guionista, director y sobre todo artífice de esta obra es él. Y si el producto final es una de las mejores propuestas que pasó por la cartelera de los cines en lo que va del año se debe básicamente a que su director se animó a contar la historia que él hubiera querido ver durante su infancia.
La premisa del film nos ubica en un pequeño pueblito de Ohio, en el año 1979, donde un grupo de amigos aprovecha sus vacaciones de verano para llevar a cabo la filmación de una película de zombies con una cámara súper 8. Tenemos a Charles (Riley Griffiths) como el director y mejor amigo de Joe Lamb (Joel Courtney), quien cumple las funciones de maquillador. Ambos están enamorados de la protagonista del film, Alice (Elle Fanning). También tenemos al encargado de los efectos especiales, un niño pirómano llamado Cary (Ryan Lee), un cobarde que hace de galan en la peli de zombis llamado Martin (Gabriel Basso) y Preston (Zach Mills) que alterna varios papeles casi sin decir ningún dialogo. Durante la filmación de una de las escenas, el grupo de amigos presencia un terrible accidente de tren y en ese instante se convierten en los únicos testigos del inicio de un hecho extraordinario que marcará sus vidas y la del resto de los habitantes del pueblo para siempre.
No sería justo entrar en más detalles acerca de la trama, ya que uno de los puntos más fuertes de la película es apuesta doble a nivel argumental; Por un lado tenemos la historia de los chicos, marcada por temas como la amistada, el primer amor y el inicio de la rebeldía adolescente. Mientras que por otra parte tenemos la trama que gira alrededor del extraño accidente y los inexplicables hechos que surgen a partir del mismo en el pueblo.
Desde el momento que ambos destinos empiezan a entrelazarse, la película se convierte en un verdadero viaje de entretenimiento que difícilmente deje indiferente al espectador. Son 112 minutos en donde el humor, el drama y la ciencia ficción componen una aventura que traerá a la cabeza películas como “Los Goonies”, “Cuidado! Hércules vigila”, “The Monster Squad”, “I.T” y las anteriormente mencionadas “E.T” y “Encuentros Cercanos del tercer tipo”, pero que bajo ningún aspecto se trata de un homenaje hacia el género, sino más bien una que merece estar dentro de ese grupo de films predilectos.
“Super 8” se mantiene solida por las increíbles actuaciones de sus jóvenes protagonistas, por la maravillosa música del compositor moderno más clásico que tiene el cine hoy (el ganador del Oscar, Michael Giacchino) y, sobre todo, gracias a la soberbia dirección de J.J Abrams.
En definitiva, la más firme candidata a convertirse en la mejor peli del año y sin dudas el mejor trabajo y regalo que el creador de “Lost” le dio al cine en su corta carrera como director.