J.J. Abrams y Steven Spielberg se unen para darnos una brillante película de ciencia ficción que parece salida de los ’80.
Todo comienza con una tragedia: la madre de Joe Lamb (Joel Courtney) muere en la fábrica en donde trabaja. Ahora el chico deberá quedar solo con su padre (Kyle Chandler), un policía que dedica su tiempo a patrullar las calles y que poco sabe de paternidad, pero con el dolor de la viudez a flor de piel.
Un tiempo después, cuando todo vuelve (más o menos) a la normalidad, Joe vuelve a juntarse con sus amigos, con quién se divierte grabando películas clase B con una cámara Super 8. Pero a ese grupo se unió Alice (la talentosísima Elle Fanning), una chica a la que Joe ve con ojos de enamorado, que se convertirá en “la mujer del héroe” de la cinta, que és un detective que se enfrenta a los zombies (!!). Ellos viven tranquilos, cada uno con sus problemas y con sus conflictos de pre adolescente, hasta que, durante un rodaje, presencian un increible choque entre un tren y una camioneta que se cruzó intencionalmente en su camino. Los chicos se salvaron de milagro, y la cámara rodó absolutamente todo lo que sucedió.
Instantes después del atentado al tren, cientos de jeeps, helicópteros y camiones militares comienzan a cercar la zona. Joe y sus amigos logran escapar con lo justo, pero no pasan desapercibidos, ya que olvidan una pista que llevará a las fuerzas a buscar a los testigos que lograron captar todo eso en video.
Poco después, en el pueblo comienzan a suceder hechos misteriosos: cortes de luz, gente que desaparece, personas atacadas por algo que no saben distinguir qué es… y, sobre todo, paranoia, ¿qué harán estos amigos frente al peligro inminente que los rodea?, ¿y qué es lo que cargaba ese tren tan secretamente?
Estas y otras preguntas son respondidas en Super 8, la película producida por Steven Spielberg y dirigida por J.J. Abrams que rinde tributo al cine de aventuras y ciencia ficción de los ’80. No es casual que Amblin, empresa de Spielberg, esté detrás de la cinta. Los Goonies, ET, Cuentos Asombrosos y muchos otros productos brillantes de este director fueron desarrollados por la empresa. Y justamente Super 8 sigue esta línea. Por un lado tenemos chicos (como en Los Goonies) que de repente se ven envueltos en un problema (¡como Los Goonies!), pero no es eso lo más importante, sino que el protagonista tiene un problema familiar (¡como el protagonista de Los Goonies!) y del que todos sus amigos intentarán sacar. Ojo, esto no es una crítica en absoluto, sino todo lo contrario: el espíritu de ese cine parecía muerto en la década pasada, y sin embargo, la dupla Spielberg/Abrams logró reflotarlo, y con éxito. Además, el alma de estos films, la sensibilidad oculta spielbergiana, impregna toda la película, que nunca deja de asustar, asombrar y divertir, sino que lo hace, pero bajo un halo de tierna melancolía que a más de uno va a hacer lagrimear.
En definitiva, la película lo tiene todo. Las actuaciones de los chicos son geniales, la dirección fue realizada con maestría y, por momentos, nos deja la sospecha de que el mismísimo Steven Spielberg se puso detrás de cámaras en alguna que otra escena. No tengo ningún miedo en asegurar que Super 8 es uno de los estrenos más interesantes del año. Esperemos que gracias a esta película, el género tome algo de envión y se vuelvan a hacer este tipo de films que tanto se extrañan. ¡Ah!, y quédense durante los créditos. No vale la pena dejar spoilers, pero si vale la pena quedarse.