Super 8 (el titulo viene del formato de cámara que usan los chicos protagonistas para filmar y fue muy acorde para mantener durante meses una nube de misterio sobre de que se trataba la historia) es un film muy satisfactorio como homenaje al cine clásico de Steven Spielberg (que no por nada es productor) y de la factoría de George Lucas en general; hay un gran sentido de maravilla ante el descubrimiento de un visitante de otro mundo (al estilo ET o Encuentros cercanos del tercer tipo) mezclado con una aventura de chicos aprendiendo de la vida, el amor y la amistad (al estilo Cuenta conmigo o The Goonies).
Resumiendo la mezcla, es una mirada moderna a un cine que ya no se hace, que se perdió en los efectos especiales, explosiones y la necesidad de contar historia más sofisticadas y adultas, no tan inocentes (aunque en algún momento la sofisticación pasó a ser una suma de violencia, chistes baratos y mucha acción sin demasiada explicación)
La historia, dentro de este contexto rinde muy bien y los personajes así como las actuaciones están bien construidos (destacando mucho la parejita protagonista, Joel Courtney y Elle Fanning). Están todos los personajes típicos, desde el heroico protagonista que pasó por una tragedia familiar y no se lleva bien con el padre, pasando por el amigo simpático pero enamorado de la misma chica hasta el pibe más cobarde; todos tiene muy buenos momentos e interactúan con mucha naturalidad y buenos diálogos, creciendo en complejidad y dejando que la trama se desarrolle tranquila pero a buen ritmo.
¿Que evita que Super 8 sea no solo un gran homenaje sino también la mejor peli pochoclera de este año? Que el realizador Abrams mete sus marcas registradas que desentonan un poco con la propuesta; este no era el film ideal para los juegos de cámara que no muestran al monstruito casi hasta el final y sobre todo no daba para esa sensación de historia previa que sugieren algunos elementos y personajes. Esta todo explicado pero hay referencias a hechos y conversaciones que seguramente se explican con más detalle en algún merchandising relacionado, una estrategia que Abrams ya usó en Cloverfield; por ejemplo un comic gratuito que se distribuyó con todas las revistas de DC en el mes del estreno yanqui. Una movida marketinera que en sí no es mala, porque como dije la historia se entiende lo suficiente como para disfrutarla, pero es innecesaria para una película con un espíritu retro de "pequeñas personas ante enorme desafío"
Salvando esos puntitos, el film ofrece mucho más contenido, coherencia, emoción y diversión que otros tanques hollywoodenses recientes (Transformers 3, por ejemplo) y eso ya se aprecia mucho.