Fútbol y fantasía Después del estreno de Dragon Ball: La batalla de los dioses llega ahora la primera película basada en la serie de animación Inazuma Eleven, que se convirtió en un verdadero furor en Japón. El film, que se estrenó en el 2010 en ese país, lideró la taquilla durante seis semanas y está apuntado al público de corta edad. Super Once: El juego final tiene al fútbol como centro de la acción y la trama incluye además elementos fantásticos surgidos de un video juego creado para la consola portátil Nintendo DS. El éxito de los videos llegó a una colección de cómics y a una serie de animación. Los miembros del equipo de fútbol del Instituto Raimon, capitaneados por Mark Evans, sueñan con ganar el Torneo de Fútbol Frontera, pero antes deberán salir airosos de varios encuentros con los mejores equipos del país, entre ellos, la Royal Academy, que ya ha ganado el torneo en varias ocasiones. Los jugadores basan su entrenamiento en el cuaderno de supertécnicas del abuelo de Mark, portero del legendario equipo Inazuma Eleven. La película recurre a colores estridentes, pantalla dividida, canciones y a efectos que se ven en pleno campo de juego, desde una invasión de vigas de acero hasta tornados de fuego. Todo utilizado para captar la atención de un público de seis o siete años y con una trama sencilla. La animacíon tradicional está a años luz de las grandes propuestas norteamericanas del género, pero mantiene una estética que también la hace única.
Después del último film de Dragon Ball llega otro estreno de animé a los cines locales algo que es atípico y muy positivo para la cartelera que le abre una puerta a este género. Super Once es uno de los grandes fenómenos infantiles japoneses del momento que en el último tiempo empezó a cosechar sus fans en Latinoamérica. Una propuesta que nació primero como una serie de video juegos para la consola Nintendo DS y que luego se adaptó en una serie de animación y cómics con mucho éxito. Estaba cantado que no tardaría en tener su película en el cine. Super Once es una combinación bizarra de Los Supercampeones (un dibujo animado que fue famoso en Argentina a mediados de los ´90) con Yu Gi Oh, donde el fútbol se mezcla con la ciencia ficción y la fantasía. Un producto que está muy bien pensado para capturar la atención de los chicos, muy especialmente los varones, por la manera en que se fusiona la competencias deportivas con jugadas futboleras bizarrísimas de fantasía que convierten a los Supercampeones en una drama de Akira Kurosawa. La película es una especie de capítulo doble para el cine donde se profundiza un poco más e los comienzo del protagonista, Mark Evans y sus primeros años en la escuela Raimon. Recuerdo que cuando era chico este tipo de films que se estrenaban basados en series animadas de televisión eran destruidas por la prensa porque se consideraban productos menores y en la prensa se olvidaban del público para el que estaban concebidas. Para los chicos que siguen esta serie por la tele el film es una fiesta y tiene un muy buen trabajo en la animación y la secuencias de acción que son muy divertidas. No es una joya del animé pero es un producto decente que está bien realizado y entretiene. La película de Super Once, estrenada en el 2010, fue imbatible en la taquilla japonesa durante seis semanas consecutivas, donde se consolidó como una de las producciones más vista de ese país durante ese año. Los fans la recibieron muy bien y por eso se hicieron dos continuaciones más. Los padres que acompañen a sus hijos y no estén familiarizados con los personajes seguramente la sufrirán un poco más con tanto desquicio que presenta el dibujo, pero lo más chicos sin duda la disfrutarán a lo grande.
Una de animación basada en una saga de videojuegos de rol, que fue furor en Japón, y que aquí tiene a sus seguidores. Un chico fanático del fútbol lucha por dedicarse al futbol y batirse con los mejores equipos. Efectos, remolinos de fuego, vigas en el campo de fuego, una estética particular, para chicos de 6 años en adelante.
El efecto Dragon Ball no siempre funciona La tentación era grande. Luego del éxito en taquilla de Dragon Ball Z: La batalla de los dioses, la animación nipona debía pisar fuerte nuevamente en la pantalla grande local. En esta ocasión la apuesta corrió hacia el lado del fútbol con Inazuma Eleven, la adaptación fílmica del videojuego homónimo que emergió en Japón en el 2008. Este filme, que también fue manga y anime, tendría algo de original de no ser por la inigualable tira creada 27 años atrás por Yoichi Takahash: Super campeones, que combinó fútbol con animación y también pasó por la pantalla chica local. El Inazuma Eleven (o Super Once), creado por Ten´ya Yabuno, es una fantasiosa copia de las aventuras del delantero ochentoso Oliver Atom y el arquero Benji Price. Este último podría ser la musa inspiradora de Endou Mamoru, el guardameta del equipo de fútbol del Instituto Raimon, cuyos jugadores son un rejunte de nerds que no se animan a salir a la cancha. A excepción de su perseverante y exagerado arquero, que siempre los motiva para seguir adelante. La película tiene un argumento básico: el desafío de un equipo que busca reunir a los jugadores suficientes para sobrevivir como equipo de escuela. Pero para ello deberán enfrentar a rivales superiores a los que -increíblemente- le ganan, pero por las virtudes de ¡un solo jugador que estaba retirado del deporte! Y cuando sepan por qué... Mejor no hablemos. Piruetas futbolísticas imposibles, campos de juego infinitos e inexpresivos rivales es un chiste que ya vimos. Además, la animación de este filme parece rescatada en el tiempo, los dibujos podrían ser de cualquier historietista novato, y el guión, es lo más severo, como el mensaje de odio hacia el deporte más popular del mundo, que proviene desde otro lado de la galaxia. Y jamás sabremos por qué. Mención aparte a los trucos futbolísticos: el tiro del ave fénix o el del tigre (Steve Hyuga en Super Campeones tenía uno igual), ejecuciones de a dos o tres jugadores. Repetimos, todo esto ya lo vimos. Son llamativos los cortes entre secuencias (dignas de tanda publicitaria) lo que presagia un destino televisivo. Atención a ver cuando un pedazo de estadio cae en la cancha como boicot del juego, o que un equipo de colegio enfrente a ¡los mejores del mundo! En fin, la lógica escasea y los recursos se repiten, como “la mano fantasma” que parece ser la única herramienta de Endou para evitar goles. La tentación tiene sus riesgos.
Un film animado que nació como videojuego y después fue historieta -o manga, para usar el término apropiado, dado su origen japonés- y luego animé televisivo. Por ese camino, muy exitoso entre el público infantil, llega a este relato, centrado en la historia de un equipo de fútbol escolar -que recuerda a la serie de los años noventa Supercampeones -, que suma elementos de fantasía y ciencia ficción. Es una receta demasiado confusa para quien no esté familiarizado con este universo de antemano. Especialmente porque el doblaje hace poco por aclarar los cambios de tono y género del film y ni siquiera se pone de acuerdo a la hora de nombrar a su tema principal. El protagonista, un adolescente llamado Endo, tiene una irrefrenable pasión por el fútbol, al que a veces también llama soccer, unaindecisión idiomática que no empaña su entusiasmo por el deporte. Una actitud que no comparten sus compañeros de escuela y que preocupa a los misteriosos personajes que lo observan desde lejos: "Es un horrible mal. Las almas y los cuerpos de los niños se debilitarán", dice el aparente villano, cuya misión es evitar que Endo forme su equipo y que compita en el torneo Fútbol Frontera. Aparentemente, el futuro de la humanidad depende del fracaso del equipo de los "buenos". Más que los detalles de la narración, aquí lo que les interesará a los fanáticos del animé es que Super Once: el juego final cuenta con todas las marcas estéticas que hicieron del género uno de los favoritos del público infantil a nivel global.
Créanlo o no, el estreno de Super Once: El Juego Final es todo un acontecimiento de cartelera. Primero, porque los propios fans a través del programa televisivo Z TV (que si todavía no lo vieron se los recomiendo) cincharon para que ella se estrene. También porque es el segundo estreno del año referido al mundo del animé, hecho que nos hace acordar a un par de años atrás en que esto era más normal; y si bien las circunstancias son diferentes (Dragon Ball Z tenía un público Joven-adulto cautivo que lo vio de chico) no deja de ser un evento convocante para aquellos que siguen el género. Por último, por las circunstancias en las que se presenta, en una sola cadena – Showcase – en horarios limitados, y con la distribución de la producción del mencionado Z TV. Para los seguidores estas líneas pueden resultar redundantes ¿Qué se puede decir que ellos no sepan ya? Vale confirmarles que sí, que la película es como lo que ven en el programa, con la grandilocuencia del caso, y en versión extendida, por lo tanto, si tenían alguna duda, no saldrán defraudados. Ahora, si por alguna casualidad, curiosidad, o compañía, quieren verla sin saber de qué se trata el asunto, ahí va para ustedes. Los protagonistas son un equipo de fútbol, el Instituto Raimon, que participan en el torneo de Fútbol Frontera. Los mismos son capitaneados por Mark Evans (o Endöu Mamoru para los puristas) y su única meta es triunfar en el torneo, para lo cual deberán sortear todo tipo de obstáculos. Y eso de obstáculos es mucho más que una metáfora, realmente se les interpondrán cosas en el medio, mientras enfrenten a otros equipos, sobre todo a los invencibles de la Royal Academy, y así el fútbol pasará a ser un verdadero campo de aventuras. Claro, hay algo que circula la idea de la serie animé y que influencia a la película, un ataque alienígena, que controla el planeta, y tiene su propio equipo. Para los que tenemos entre veinte y treinta y pico de años es imposible no relacionar esta historia con los recordados Supercampeones (Kyaputen Tsubasa), y en la comparación hay que decir que Súper Once pareciera un producto ligado a un público más infantil. Si en Tsubasa los estadios parecían interminables y los partidos verdaderas tragedias shakespereanas, en Inazuma volvemos otra vez a estadios extensos y en medio de los partidos puede suceder de todo, fuego, peleas, postas de todo tipo de materiales y ciencia-ficción pura. Esto último tiene una explicación, el origen de Súper Once, proviene de videojuegos para las últimas consolas de Nintendo, lo cual se ve reflejado en los efectos que se entremezclan en medio de una animación muy tradicional y simplista (no es Ghibli, ni intenta serlo). Inazuma Eleven es un éxito mundial, una máquina de facturar y lanzar todo clase de productos, juegos de distinta plataforma, mangas, series animé, y también tres películas hasta ahora. Por lo tanto, hablar de este film dirigido por Miyao Yoshihazu, aislado de toda la parafernalia alrededor es imposible, pertenece a ese universo en donde los fanáticos y adeptos consumen más y más de lo que aman. No sería extraño, que a la salida de la sala, algún vendedor callejero quiera aprovechar la euforia infante para vendernos algún subproducto ad hoc; todo viene en conjunto, como una moda, un furor, y desde ese punto no hay ningún análisis valorativo posible. Simplemente, vayan y disfrútenlo, y para los acompañantes que recién aterrizan, se les asegura un rato a plena acción, fantasía y humor infantil.