Luca Guadagnino nos trae una remake de “Suspiria” tan misteriosa y perturbadora como diferente a su homónima.
Susie Bannion (Dakota Johnson), viaja a Berlín para cursar sus estudios en una aclamada academia de danza y formar parte de la compañía de baile dirigida por la prestigiosa Madame Blanc (Tilda Swinton). Hasta acá podría sonar como una fiel adaptación a la versión de 1977 dirigida por Darío Argento, considerada un clásico de culto del denominado género Giallo.
Sin embargo, el director italiano, ya nos demostró en “A Bigger Splash” que no le tiembla el pulso a la hora de apropiarse de un clásico dándole un estilo y significado propio. Aquí no hay colores saturados, escenas gore ni una película que se sostiene en el impacto visual (Aunque lo tiene). La gran diferencia con la original está dada en que ésta posee un contexto histórico: una Berlín post segunda guerra mundial. Todo el film cobra un nuevo sentido a partir de esta premisa.
Un relato sólido, personajes elaborados y atmósferas generadas con maestría, como a las que Guadagnino ya nos tiene acostumbrados (¿Tal vez lo único que nos recuerde a la idílica “Call Me By Your Name”?), son algunos de los encantos de la cinta. A su vez, la música a cargo de Thom Yorke, no sólo nos transporta, sino que nos hace cercana la historia al escuchar un sonido contemporáneo.
Podemos apreciar también excelentes actuaciones destacando a sus protagonistas, Dakota Johnson y Tilda Swinton, esta última siempre impecable con sus verosímiles transformaciones y encarnando no solo uno, sino dos personajes (¿Casualidad que el único personaje masculino importante de la historia lo interprete una mujer?).
Voy a resistir la tentación de ahondar en lo que más me cautivó: su poética, simbolismo y analogía, para no revelar demasiada información. Les dejo a Ustedes, entonces, el compromiso de espectadores activos.
“Sispiria” es una película que no es sencilla de ver, que se toma todo el tiempo necesario para su desarrollo pero que, tal y como sucede en la trama, quienes se atrevan a ir más allá de la superficie encontrarán mucho más. Hay escena post créditos y, si nos basamos en la trilogía de Argento, todo quedaría listo para “Inferno”.
Por Matías Asenjo