Debutar dirigiendo un guión de Kaufman.
El ahora director Charlie Kaufman, reconocido gracias a ejemplares guiones, proyectos llevados a cabo por los directores Spike Jonze, Michel Gondry y George Clooney, supo llegar al conocimiento público/cinéfilo con Quieres ser John Malkovich, un astuto guión, creativo, que involucraba un guiño de existencialismo lunático, entremezclando con la realidad, juegos que el guionista maneja como uno de aquellos cubos de ingenio donde debemos dar varias vueltas hasta conseguir que cada lado quede completamente de un solo color. El va armando y desarmando las tramas, tornándolas cada vez más tortuosas y absurdas, hasta conseguir un resultado final hilarante, lejano de una linea argumental que podamos advertir desde el inicio. Tal es el caso de dos siguientes participaciones junto a Gondry, Naturaleza Humana y la que lo consagrara públicamente, Eterno Resplandor de una Mente sin Recuerdos.
Kaufman sirvió sus guiones al debut de directores de largos como Jonze, un prometedor artista jóven que hasta el momento se había desarrollado como director de videoclips musicales de artistas y grupos como Beastie Boys, R.E.M., Bjork y Chemical Brothers. Gondry, sorpresivamente bajo la misma brecha. George Clooney, actor devenido en director, con un debut formidable, Confesiones de una Mente Peligrosa.
Más grande que la vida misma.
Todas las Vidas…es un proyecto de carácter epico, donde Kaufman no repara en gastos. Su visión sobre un hombre que consigue un dinero para avalar la concreción de una obra teatral cuyo guión va sobrescribiéndose con el tiempo, los personajes pasan de ser parte de la realidad a convertirse en personajes del guión. Entremezclando géneros, una tragicomedia, novias, vecinos, padres, no hay punto donde el espectador se detenga y recapacite sobre si lo que está viendo está siendo recreado o constituye parte de la vida de Caden Cotard (Philip Seymour Hoffman).
El film logra llegar a una sobredimensionada escala, la obra que ya lleva una duración aproximada de 12 años de ensayos, la construcción de una ciudad como escenografía, pasa a absorber las vidas de los involucrados, actores, escenografos, iluminadores, equipo técnico.
El cast de consagradas actrices, entre ellas la siempre bienvenida Hope Davis, Catherine Keener (surgida de films indies de los 90’), Samantha Morton, Emily Watson y la excelente en comedias, Dianne Wiest, brindan un sostén acompañando al depresivo Caden, confundiéndolo, actuando más como obstáculos en su pasado y presente, antes que musas inspiradoras.
Kaufman, con sus propios problemas de existencialismo, una vez mas recreados en pantalla, consigue desorientarnos una vez más. Ahora su labor se ha acrecentado, ya no está solamente involucrado en la escritura, sino detrás de cámara.
Un debut que ha de desconcertar y movilizar.