Tenía que ser solamente Charlie Kaufman el único capaz de llevar adelante este guión para sumergirnos nada menos que en un film que funciona como síntesis de toda su obra en su carácter de guionista (de ahí la idea de representar la parte por el todo tal como reza la figura semántica de la sinécdoque); como autoreflexión del proceso creativo en plena ebullición y caos; como crítica demoledora a Hollywood, a los intelectuales y a todo lo que representa el arte snob. Una obra maestra de dificil digestión que no puede dejar de verse...