Aventuras Animadas de Ayer y Hoy
Allá muy lejos… por los años 80, la serie de Indiana Jones recuperó el amor por el serial y provocó un genuino interés por la arqueología, especialmente entre el público infantil, generando una serie de imitaciones, empezando por las dos mediocres adaptaciones de las aventuras de Allan Quatermain creadas por H. Rider Haggard. Con Richard “Shogun” Chamberlain y una joven Sharon Stone, las películas Las Minas del Rey Salomón y especialmente La Ciudad Perdida del Oro fueron rotundos fracasos a comparación de la saga de Spielberg y Lucas.
Sin embargo, en materia de animación derivó a una excepcional serie de Disney llamada Patoaventuras o Duck Tales, donde el Pato Donald, sus sobrinos y especialmente el Tío Rico, emprendían aventuras por todo el mundo buscando tesoros perdidos. Una serie bastante inteligente que merece una revisión dado que tenía muy buenos guiones, y mejoraba acaso, el espíritu de aventuras que tenía Scooby Doo, por ejemplo.
Las Patoaventuras sirven hoy en día como principal referencia posiblemente junto a las originales Indiana Jones de Tadeo, el Explorador Perdido, una película de animación española con bastante historia. Su director Enrique Gato, ya había filmado dos cortometrajes con el personaje Tadeo Jones, un torpe aspirante a arqueólogo que se metí en problemas debido a sus aspiraciones.
El largometraje intenta mostrar la historia de Tadeo – Stones, cambió el apellido para no someterse a juicio con Lucas seguramente – que desde niño sueña con ser arqueólogo, pero en cambio termina siendo albañil de una obra de construcción. Tadeo intenta colaborar con el Museo con piezas que encuentra en las obras, pero ninguna realmente vale algo. Por una serie de confusiones, Tadeo se hace pasar por el director del Museo y termina yendo a Perú en busca de una ciudad perdida oculta bajo Machu Pichu y el tesoro de los Incas. En el medio se encuentra con la hija de otro arqueólogo que busca lo mismo, y ambos deberán encontrar la ciudad perdida antes que una empresa rival, que solo se quiere apoderar del oro.
La historia del oro oculto de los Incas es remanida: La Ciudad Perdida del Oro justamente abarcaba ese tema, Indiana Jones y El Reino de la Calavera de Cristal también, así como el episodio piloto de las Patoaventuras dividido en cinco partes. O sea, no hay nada novedoso en el guión, pero Gato no lo intenta ocultar, de hecho el film se convierte en un homenaje puro a esas películas sumando referencias de la saga de La Momia de Stephen Sommers (especialmente la secuela) e incluso de Tintín . Los cinéfilos se van a deleitar con los miles de detalles que tienen co relación con dichos films e historias
Sin embargo, al mismo tiempo, esto le juega un poco en contra al film, porque lo convierte en estructuralmente previsible.
A pesar de tener un tono didáctico y estar apuntada a un público infantil, Tadeo es una película muy entretenida para adultos con algunos efectivos toques de humor. Hay dos personajes en particular: un loro mudo y un guía peruano, que remiten directamente al sarcasmo y la ironía de los Looney Tunes. Al no emitir palabras, el loro se comunica a través de carteles, lo cuál nos lleva a pensar directamente al Coyote y el Correcaminos, y por otro lado el estereotipado guía peruano – que puede resultar ofensivo, pero es simpático – tiene la magia y la chantería de Bugs Bunny o el Pato Lucas.
Enrique Gato logra un producto visualmente muy digno con un elaborado trabajo de fondos tridimensionales – apenas por debajo de Pixar - atractivos personajes, y más allá de los clisés, una narración entretenida.
El espíritu del cine de aventuras ochentonas sigue vivo en Tadeo, El Explorador Perdido.