A veces, las mujeres le pueden ganar al racismo y al machismo
Es nada más y nada menos que un homenaje. Por eso hay que perdonarle su mirada superficial y los contornos avejentados de este biopic que parece hecho medio siglo atrás. Los personajes son tan unívocos, la reconstrucción tan de Billiken, los buenos sentimientos tan proclamados que no queda otra que la contemplación distante y respetuosa. Nada más.
Es la historia de tres matemáticas negras que en los años 60, en Estados Unidos, en plena lucha espacial con Rusia, armadas de talento, perseverancia y dedicación, le hacen frente al racismo y el machismo de la NASA y logran alcanzar un gran reconocimiento en un medio donde ser mujer y negra era una condena. Es irreprochable como mensaje y merecido como homenaje, pero muy elemental como documento. Son mujeres perfectas (en el trabajo, en la calle y en la casa) que se debaten contra un ultra machismo y un ultra racismo recalcitrante. Por suerte hay un blanco, uno solo, que les da lugar, contención y recompensas, que es Kevin Costner, un actor fenomenal que siempre le da dignidad y sensibilidad a sus personajes. Al final, ellas serán reconocidas y este film celebra esa heroica lucha.
“Talentos ocultos” importa por el peso de su historia y la lección que deja. Más allá de su esquematismo, vale como reivindicación y ejemplo: mientras la NASA peleaba por el control del espacio celestial, ellas disputaban una difícil carrera por un mejor espacio en la Tierra. Sus logros adquirieron enorme peso simbólico.